AlimentAcción, Obesidad y nutrición
Si estás siguiendo un plan para perder peso o simplemente una dieta saludable, no necesariamente significa que debas renunciar a la comida rápida.
De vez en cuando, una parada por este tipo de expendios de comida puede encajar en una dieta saludable – si tienes cuidado al momento de pedir tu orden. Para ello, ten en cuenta los siguientes consejos.
1. Mantén las porciones pequeñas
Si el restaurante de comida rápida ofrece varios tamaños de sándwich, escoger el más pequeño. Evita las hamburguesas con dos o tres rebanadas de carne, pues podrías estar consumiendo hasta 800 calorías. En lugar de ello escoge una hamburguesa de tamaño regular o infantil, que tiene alrededor de 250 calorías. Asimismo, omite la porción grande de papas fritas y pide una porción pequeña en su lugar. Este solo cambio puede ahorrarte hasta 200 calorías.
2. Elige platos más saludables
Aprovecha las guarniciones saludables que se ofrecen en muchos restaurantes de comida rápida. Por ejemplo, en lugar de papas fritas elige una ensalada con aderezo bajo en grasa o una papa al horno. O añade un tazón de fruta o una opción de fruta y yogur a tu comida.
Otras opciones saludables incluyen rodajas de manzana o de naranja, elotes, arroz al vapor o papás fritas al horno.
3. Consume verde
Elige como entrada una ensalada con pollo a la parrilla, camarones o vegetales, que tenga un aderezo libre de grasa o bajo en grasas a un lado, en vez del aderezo normal para ensalada.
Ten cuidado con las ensaladas que tienen un alto contenido calórico, como las que están demasiado fritas o aquellas cubiertas con pollo empanizado u otros ingredientes fritos. Omite también los ingredientes extra, como el queso y los crotones de pan, que aumentan rápidamente tu conteo de calorías.
4. Opta por platos a la parrilla
Los alimentos fritos y empanizados, como los sándwiches de pollo crujiente y los filetes de pescado empanizados, son altos en grasa y calorías. Selecciona carnes magras o asadas a la parrilla, como pavo o pechuga de pollo, jamón sin grasa o carne magra.
5. Cuidado con lo que bebes
Muchas bebidas son altas en calorías. Por ejemplo, un gran refresco regular (887 mililitros) tiene cerca de 300 calorías. En su lugar, ordena un refresco de dieta, agua, té helado sin azúcar, agua gasificada o agua mineral.
Además, debes omitir los batidos y otras bebidas hechas a base de helado. Los batidos grandes pueden contener más de 800 calorías.
6. Hazlo a tu manera
Recuerda, no debes de conformarte con lo que tiene tu sándwich o tu comida, ni siquiera en los restaurantes de comida rápida. Siempre pregunta por las opciones y sustituciones saludables. Y por último y no menos importante, nunca le quites el ojo al tamaño de las porciones.
Vía: Mayo Clinic