Se conoce como psicología positiva al hecho de darle prioridad a las experiencias positivas, los rasgos individuales positivos y todos aquellos aspectos que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas. Se trata básicamente de una filosofía de vida, la cual puede ser muy beneficiosa para la salud integral de tus hijos.
De acuerdo con una experta, recurrir a la psicología positiva es mucho más benéfico para educar a los niños que recurrir a los comunes regaños y castigos físicos -los cuales lamentablemente son muy recurrentes en nuestra sociedad aún hoy en día-.
Para poder aplicar psicología positiva “basta con que los padres tengan la disposición de hacerlo, de establecer una relación más estrecha con sus hijos, priorizando el diálogo y el entendimiento”, indicó Esmeralda Yelisse García Ortega, experta en psicología infantil del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Jalisco.
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La especialista detalló que los principales beneficios de educar a los niños bajo un esquema de psicología positiva son:
1 Promueve el mejoramiento de la conducta.
2 Aumenta su autoestima y seguridad en sí mismos.
3 Refuerza lazos con los padres y familiares.
García Ortega invitó a los padres de familia a romper los esquemas sobre la forma de crianza de sus hijos, implementando un modelo diferente en donde, de una forma saludable, se pueda corregir y mejorar la conducta de los niños -si es que incurren en algún mal comportamiento- sin la necesidad de aplicar castigos severos o físicos.
“Es muy común llegar a la escuela, que la maestra te diga que tu hijo tiene reporte y tu reacciones regañándolo. Además los exhibes al decirles: ‘siempre es lo mismo contigo’. Pero la realidad es que también debes escuchar a tu hijo y creerle, platicar cuando ambos estén tranquilos y sin exaltarse”, expuso.
La psicología positiva no consiste en eludir a la disciplina y al establecimiento de límites y reglas, sino “por el contrario, busca que el niño se haga responsable y consciente de sus emociones y acciones”, dijo.
“Si a la primera vez que no te obedeció o te hizo caso, entonces debes hacerle saber que habrá consecuencias inmediatas. Consecuencias cortas, como no ver 15 minutos su programa de televisión favorito, o no jugar con su juguete favorito por 30 minutos. Pero deben ser inmediatas, es decir, en cuanto suceda la acción negativa”, explicó.
Cuando tenga algún mal comportamiento, los padres deben “hablar con él y entender lo que siente, posteriormente preguntarle de forma directa si cree que esa haya sido la mejor forma de reaccionar, es decir, que reflexione sobre su comportamiento, sin que tú como padre lo acuses o le digas que es un mal niño”, apuntó la experta.
Vía: Notimex