Quizás nunca hayas tenido problemas con la intolerancia al gluten; o quizás solo eres alguien a quien le gusta comerlo en grandes cantidades. Sea como sea, con la cantidad de productos sin gluten que actualmente existen, y dado que los cambios en las bacterias intestinales pueden activar la intolerancia al gluten en personas que han pasado años sin tener problemas, es importante reconsiderar si realmente debes consumirlo.
Conoce más: Gluten en los medicamentos, ¿cómo evitar riesgos?
De acuerdo con el doctor Alessio Fasano, jefe del Departamento de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Mass General Hospital for Children (Estados Unidos), hay tres escenarios que pueden ocurrir al comer gluten:
- El gluten se digiere parcialmente, cualquier pequeña inflamación local se repara rápidamente y la persona no tiene consecuencias.
- Después de consumir gluten, el sistema adaptativo se activa y funciona mal, pero dicha alteración permanece local y se produce inflamación gastrointestinal que causa la enfermedad celíaca, la que a su vez provoca diarrea, hinchazón, gases, etc.
- El sistema adaptativo se activa, funciona mal y no permanece local, lo que provoca una inflamación crónica en otras partes del cuerpo. Esto se llama sensibilidad al gluten no celíaca, que puede causar múltiples síntomas, como dolor abdominal, dolor en las articulaciones, dolores de cabeza, mente confusa, fatiga crónica y depresión.
Por ello, si has padecido síntomas de intolerancia al gluten (como los que mencionamos anteriormente) o has tenido síntomas de aparición reciente, es recomendable que consideres seguir una dieta sin gluten e incluso una dieta sin cereales. Al igual que con cualquier cambio de dieta o plan de ejercicios, asegúrate de hablar con tu médico antes de realizar cualquier cambio.