Una copa de vino puede ayudar, inicialmente, a que te relajes y te den ganas de dormir, pero siempre recuerda que jamás será una receta válida para lograr una noche de sueño y descanso de calidad.
Así es como beber alcohol puede interferir con tu sueño, de acuerdo con la Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos:
- Los efectos iniciales de sedación del alcohol desaperecen al poco tiempo, lo que podría ponerte más inquieto(a) y probablemente causar que te despiertes.
- El alcohol interfiere con el sueño MOR (movimiento ocular rápido), durante el cual se presentan los sueños más intensos y se cree es necesario para un dormir profundo y reparador. Al alterarse, podría afectar tu memoria y tu concentración.
- Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de tener un mal sueño después de beber alcohol.
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Además de estos datos, no olvides que el alcohol impide que el cerebro libere vasopresina (hormona antidiurética), un químico que le avisa a tus riñones que reabsorban agua que, de otra forma, viajaría hacia la vejiga. Sin esta señal, el bebedor o bebedora necesita ir más veces al baño, y dicha pérdida de agua puede provocar un dolor de cabeza que nace del centro del cráneo, impidiendo dormir adecuadamente.
Según Jessica Alexander, portavoz del Consejo del Sueño del Departamento de Salud del Reino Unido, «a pesar de que muchas personas pueden sentir que el alcohol los ayuda a dormir, es también un gran causante de alterar tu noche, ya que puede interferir con los procesos químicos del cuerpo necesarios para un sueño profundo […] Despertarte sin haber gozado del sueño vital que tu cuerpo requiere te dejará agotado, y si eso sucede noche tras noche, puede afectar seriamente tu salud y tu bienestar general«.
Vía: Health Day News / BBC Mundo