Las altas temperaturas que se han registrado recientemente en varias partes del país facilitan la aparición de problemas en la salud estomacal. Uno de los más comunes es la presencia de parásitos intestinales.
Aunque para muchas personas la simple idea de pensar que tienen inquilinos no deseados en el estómago puede sonar como una locura, lo cierto es que tener parásitos intestinales es un padecimiento bastante común.
Esto se debe a que la forma más sencilla de que entren a nuestro cuerpo es a través de la comida. Las larvas pueden esconderse fácilmente en la carne cruda tanto de res como de cerdo. También es posible que el agua esté contaminada con parásitos, así como la fruta o las verduras sin cocinar.
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Pero, ¿qué son exactamente? Los parásitos son organismos que viven y se alimentan a partir de otro organismo. En este caso, los parásitos intestinales son organismos cuya supervivencia depende de la nutrición y salud de una persona.
¿Cómo identificar su presencia?
Debido a que algunos síntomas que delatan la presencia de parásitos en el estómago pueden indicar también otros problemas de salud, lo ideal es acudir con un médico para verificar si la causa son estos indeseados organismos.
Algunas señales que pueden alertar sobre su posible presencia son:
1. Diarrea
Estos parásitos son imperceptibles a simple vista. Sin embargo, la diarrea solo aparece cuando existe una superpoblación de estos en el intestino, por lo que, en estos casos, puede ser posible llegar a observar las lombrices en las heces.
2. Dolor abdominal
Cuando este dolor es causado por parásitos, afecta la parte baja del torso, cerca de la entrepierna. Este síntoma indica la presencia lombrices largas que se alimentan directamente de las paredes intestinales.
3. Cambios en el apetito
Algunos parásitos representan una masa extraña alojada en el intestino, lo cual provoca que el cuerpo reciba estímulos nerviosos del intestino constantemente. Estos estímulos le indican al cerebro que el estómago está satisfecho, pero este no puede identificar si es comida procesada o lombrices. Por ello, se puede dar un repentino cambio en el apetito, comiendo cada vez menos y quedando satisfechos con una menor cantidad de comida.
Por otra parte, existen algunos tipos de parásitos que procesan demasiados nutrientes. Esto provoca que el cuerpo sufra un déficit nutricional, por lo que en estos casos las personas pueden sentir más hambre de lo normal, aumentando su consumo de alimentos.
Vía: Mejor con salud