Una dislocación es una lesión en la que los extremos de los huesos se ven obligados a abandonar sus posiciones normales. La causa suele ser un traumatismo resultante de una caída, un accidente automovilístico o una colisión durante el contacto corporal o al practicar deportes de alta velocidad.

La dislocación generalmente involucra a las articulaciones más grandes del cuerpo. En adultos, el sitio más común de la lesión es el hombro. En niños, es el codo. El pulgar y los dedos también son vulnerables si se doblan por la fuerza de manera incorrecta.

La lesión deformará e inmovilizará temporalmente tu articulación y puede provocar dolor e hinchazón repentinos y severos. Una dislocación requiere atención médica inmediata para colocar nuevamente los huesos en sus posiciones correctas.

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Por ello, si crees que te has dislocado una articulación:

  1. No demores la atención médica. Obtén ayuda de este tipo de inmediato.
  2. No muevas la articulación. Hasta que recibas ayuda, entablilla la articulación afectada en una posición fija. No intentes mover una articulación dislocada ni forzarla para que regrese a su lugar. Esto puede dañar la articulación y sus músculos, ligamentos, nervios o vasos sanguíneos circundantes.
  3. Pon hielo en la articulación lesionada. Esto puede ayudar a reducir la hinchazón al controlar el sangrado interno y la acumulación de fluidos dentro y alrededor de la articulación lesionada.

 

Vía: Clínica Mayo