Una dislocación es una lesión en la que los extremos de los huesos se ven obligados a abandonar sus posiciones normales. La causa suele ser un traumatismo resultante de una caída, un accidente automovilístico o una colisión durante el contacto corporal o al practicar deportes de alta velocidad.
La dislocación generalmente involucra a las articulaciones más grandes del cuerpo. En adultos, el sitio más común de la lesión es el hombro. En niños, es el codo. El pulgar y los dedos también son vulnerables si se doblan por la fuerza de manera incorrecta.
La lesión deformará e inmovilizará temporalmente tu articulación y puede provocar dolor e hinchazón repentinos y severos. Una dislocación requiere atención médica inmediata para colocar nuevamente los huesos en sus posiciones correctas.
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Por ello, si crees que te has dislocado una articulación:
- No demores la atención médica. Obtén ayuda de este tipo de inmediato.
- No muevas la articulación. Hasta que recibas ayuda, entablilla la articulación afectada en una posición fija. No intentes mover una articulación dislocada ni forzarla para que regrese a su lugar. Esto puede dañar la articulación y sus músculos, ligamentos, nervios o vasos sanguíneos circundantes.
- Pon hielo en la articulación lesionada. Esto puede ayudar a reducir la hinchazón al controlar el sangrado interno y la acumulación de fluidos dentro y alrededor de la articulación lesionada.
Vía: Clínica Mayo