A pesar de que no son particularmente grandes -aproximadamente son del tamaño de un puño- los riñones son fundamentales para la salud integral.
Estos órganos ayudan a una persona a mantenerse saludable al encargarse del equilibrio correcto de agua y otras sustancias en el cuerpo.
Cuando los riñones comienzan a funcionar mal, una persona podría tardar un tiempo en darse cuenta de ello. La enfermedad de los riñones, por lo general, no se manifiesta con síntomas sino hasta que el problema es grave e irreversible. Esta condición se conoce como insuficiencia renal.
Dicha enfermedad es un problema de salud grave, ya que puede provocar que las toxinas y los excesos de agua se acumulen en la sangre. Asimismo, el descenso de la producción de hormonas puede causar otros problemas.
Conoce más: Problemas renales en niños, lo que debes saber
La mayoría de las afecciones renales ataca a ambos riñones al mismo tiempo y daña los filtros pequeños -conocidos médicamente como nefronas-, reduciendo su capacidad de filtración.
“La mayoría de la gente no tiene síntomas, o muy pocos, hasta que la enfermedad renal crónica está muy avanzada. Uno puede perder hasta tres cuartas partes de la función renal y esencialmente no presentar ningún síntoma”, indicó el doctor Andrew Narva, médico nefrólogo del Instituto Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH).
Medidas preventivas
La buena noticia, destacó el especialista, es que se pueden tomar muchas medidas para evitar la insuficiencia renal o posponer llegar a ella. Entre los principales consejos se encuentran:
1. Controlar la presión arterial.
2. Llevar un estilo de vida saludable.
3. Realizar actividad física de forma frecuente.
4. Llevar una dieta saludable para el corazón.
“La mayoría de las personas consumen más sodio y proteínas de lo que el cuerpo necesita. Los riñones sanos generalmente pueden manejar la carga de trabajo. Sin embargo, si usted presenta daño renal, demasiado sodio y proteínas pueden tener un efecto negativo”, advirtió por su parte Theresa Kuracina, dietista registrada que asesora al NIH sobre nutrición y salud del riñón.
“Generalmente recomendamos comer menos sodio y más frutas, vegetales y granos enteros. Para reducir las grasas, elija carnes magras y productos lácteos bajos en grasa o sin grasa”, aconsejó.