Además de los beneficios estéticos, el bronceado gradual puede reforzar ciertos tratamientos médicos, y ayudar a prevenir muchas enfermedades. Pese a ello, una exposición solar excesiva podría reducir en nuestro cuerpo la capacidad de producir vitamina D, según un estudio de la Universidad de Pernambuco, en Recife, Brasil.
Este hecho no debe tomarse a la ligera. La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber calcio, mineral indispensable para los huesos. Tal deficiencia podría llevar a la osteoporosis en adultos o raquitismo en niños.
De acuerdo a la investigación mencionada, aquellos participantes que carecían de este nutriente tendían a ser mayores, y a tener valores de índice solar más bajos.
En este contexto, aunque la piel bronceada ofrezca cierto grado de protección contra los nocivos rayos UV, deben seguirse ciertas medidas de prevención. Te contamos algunas de ellas.
1. No tomes el sol entre las 10 y las 16 hrs.
2. Utiliza siempre un filtro solar con índice alto de protección.
3. Protege, especialmente, rostro, cuello y hombros.
4. Evita permanecer bajo el sol por ratos largos.
5. Si lo que buscas es un bronceado notable, comienza en forma gradual y extiende el tiempo de exposición, sin exagerar.
Puedes recurrir a una alimentación bronceadora, a través de alimentos ricos en betacarotenos —zanahoria, melocotón, calabaza, tomate, sandía, cerezas, entre otros—.
Asimismo, es benéfico ingerir, para este fin y para la salud en general, alimentos que contengan vitamina B, como la carne, el pescado y los huevos; vitamina E, con acción antioxidante, presente en el aceite de oliva y el aguacate; y Omega 3, necesario para mantener la piel en buen estado —mariscos, nueces y espinacas—.
Vía: Health Library, Medline Plus