Beber agua únicamente cuando se tiene sed —sin tomar en cuenta la hidratación por el resto del día— es uno de los errores más comunes de los mexicanos. Sin importar la temperatura, el ritmo de vida o el nivel de actividad física, es esencial consumir líquidos en todo momento, con el fin de mantener el organismo saludable.
Te compartimos algunos consejos para mejorar tus hábitos de hidratación y dejar de lado los pretextos.
1. “No me gusta el sabor del agua natural”.
El sabor del agua natural es uno de los pretextos más comunes para no satisfacer el nivel de hidratación que requiere tu cuerpo. Afortunadamente, puedes poner un toque de sabor a tus bebidas. Te recomendamos cortar unas rodajas de naranja y agregarlas a tus vasos con agua. Recuerda, es importante abandonar las bebidas azucaradas, como los refrescos y los jugos, los cuales aportan calorías vacías y cero nutrientes.
2. “No tengo tiempo”.
Beber agua no te quitará tiempo si la mantienes cerca en todo momento. Puedes comprar un envase para transportar tu agua, y rellenarlo constantemente. Opta por los recipientes que ayudan a mantener la temperatura de los líquidos.
3. “Se me olvida tomar agua”.
Si tu rutina diaria es tan agitada que te olvidas de beber agua, recurre a las alarmas, por lo menos cada media hora. Una vez que establezcas este hábito, los recordatorios dejarán de ser necesarios. Considera que tu jornada laboral será más eficiente si te mantienes hidratado. ¡Pónlo a prueba!
4. “No sé cuánto tomar”.
No existe una medida específica, esta dependerá de tu edad y género. Es decir, los niños de entre cuatro y ocho años deben tomar 1.6 litros de agua al día; los niños de nueve a 13 años deben consumir un aproximado de 2 litros; mientras que los adolescentes y adultos deben beber de 2 a 2.5 litros.
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5. “Beber agua natural es aburrido”.
Además de beber agua de frutas —sin azúcar—, puedes recurrir al té, ya sea de manzanilla, hierbabuena, canela o limón, por mencionar algunos. No olvides que es innecesario añadirle azúcar. Una vez que te acostumbres al sabor, tu cuerpo dejará de pedirla.
Vía: Runner’s World