El cubrebocas y las máscaras de plástico son herramientas que nos ayudan a evitar la inhalación de agentes dañinos o peligrosos, como partículas de polvo, vapores, gases o humo. También sirve contra microrganismos, como virus y bacterias, aunque en este caso, también ayudan a proteger a los demás cuando el usuario es el afectado, ya que impide que las expulse de su organismo.

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Lamentablemente, la escases de estos artículos ha llevado a utilizar otras alternativas, como bufandas o polainas (accesorio para cubrir cuello y rostro). Esto no sólo es inefectivo, también contraproducente, ya que la tela porosa rompe las partículas en otras más pequeñas, que tienen más probabilidades de permanecer en el aire por más tiempo. Otros problemas pueden hallarse debido al uso incorrecto de las máscaras, como:

  1. Nariz fuera. Quienes usan los cubrebocas de esta forma alegan que les permite respirar con mayor comodidad. Sin embargo, el uso de la mascarilla sobre la nariz asegura que las gotitas respiratorias o la mucosidad nasal no sean expulsadas, a la vez que proporciona protección contra las gotitas infecciosas de otras personas.
  2. Máscara alrededor de la barbilla. Cómo señalamos, las cubiertas faciales están diseñadas para usarse sobre la nariz y la boca, esto permite detener la propagación de gotitas respiratorias o de exponerse a ellas. Al igual que en el caso anterior, colocarlas en torno a la barbilla dejando al descubierto la nariz y la boca, no sirve en absoluto.
  3. Barbilla expuesta. Si bien la nariz y la boca están cubiertas, dejar la barbilla expuesta favorece que los virus entren en contacto con la piel de la cara y se transfieran fácilmente a los ojos, nariz o boca. Por ello, es importante asegurarse que el cubrebocas se adecúe correctamente para obtener el mejor rendimiento.
  4. Daño, desgaste y suciedad. Cualquier rasgadura en el cubrebocas lo volverá ineficaz, ya que no permitirá cubrir correctamente. Esto también se aplica a las tiras o elásticos desgastados que no permiten que la mascarilla se ajuste a la cara.
  5. Manos sucias. No sólo la higiene del cubrebocas es importante, también la de nuestras manos, ya que con ellas manipulamos nuestra mascarilla.

 

Vía: Hola Doctor