La indecisión es un comportamiento común en el mundo actual. Esto se debe, en gran parte, a las diversas opciones que existen para prácticamente cualquier acción: desde elegir qué desayunar o cómo vestirse, hasta cuestionarse si debemos terminar una relación o cambiar de empleo.
Si bien tener cierta indecisión de vez en cuando es completamente comprensible, tener dudas sobre cuál decisión tomar de manera frecuente puede llegar a ser un problema.
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La falta de decisión cotidiana puede tener repercusiones en la salud mental de una persona. Desde leves lapsos de ansiedad, hasta una sensación de presión y estrés constante pueden ser factores desencadenados por una indecisión continua.
Consejos
“No todos tienen la libertad de escoger dónde trabajan o viven, ni cómo gastan su tiempo o su dinero. Pero aun así [la toma de decisiones] puede ser abrumadora”, indicó Barry Schwartz, psicólogo de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos.
¿Cómo combatirlo? Para aquellas personas a las que les cuesta trabajo decidir incluso qué tipo de desayuno tomar por las mañanas, el experto recomendó optar por alguna de las siguientes estrategias:
1. Delegar ciertas decisiones.- Es importante que las personas con un alto grado de indecisión aprendan “a elegir cuándo decidir”, mencionó el experto. Investigaciones han demostrado que la abundancia de opciones debilita la fuerza de voluntad y provoca fatiga por la toma de decisiones. «Además de depender de los expertos, puedes compartir la carga con los que te rodean para decisiones triviales o rutinarias», detalló.
2. Evitar la obsesión por elegir la ‘mejor’ opción.- En el mundo actual, “estoy bastante seguro de que estamos considerando muchas más opciones de las que necesitamos y de las que nos son útiles para muchos aspectos de nuestra vida”, apuntó Schwartz. Por lo que recomendó no obsesionarse por encontrar la ‘mejor’ opción, basta con elegir una opción que sea ‘buena’. “Recordar tu propósito puede simplificar el proceso”, añadió.
3. Evitar sentir estrés por la falta de información.- Una de las cosas más importantes para tomar una decisión es darse cuenta de que jamás se tendrá toda la información y aceptar que así es.
4. Imagina posibles resultados.- “Con los postulados imaginarios se logra aislar las variables importantes, lo que puede ayudarte a ‘disipar la neblina para ver claramente’. Es especialmente práctico para que las personas que suelen basarse solamente en la lógica confíen más en sus instintos”, comentó.
5. Seguir la ‘regla del 90%’.- Esta regla consiste en evaluar alguna oportunidad en una escala del 0 al 100. “Si tu interés está por debajo del 90%, reduce su calificación a 0 y recházalo”, expuso Schwartz.
Vía: The New York Times