El estrés es un sentimiento de tensión física o emocional. Si bien es una respuesta natural del cuerpo, podría atraer problemas de salud si se convierte en estrés crónico.
Entender por qué surge puede ayudarnos a tomar acciones para contrarrestrarlo. Te contamos cinco mitos que envuelven a esta reacción.
1. El estrés es igual para todos.
El estrés es diferente en cada caso, es decir, lo que es estresante para una persona puede no serlo para otra. De igual forma, cada individuo responde al estrés de manera totalmente distinta.
2. El estrés siempre es malo.
«El estrés es para la condición humana lo que la tensión es para la cuerda del violín: muy poca tensión y el sonido es apagado y desafinado; demasiada tensión y el sonido es estridente o la cuerda se rompe», de acuerdo con la Asociación Americana de Psicología. Dicho de otro modo, todo depende de cómo se maneje.
3. Es imposible no sufrir de estrés.
Es factible planificar la vida de modo que el estrés no nos afecte. Para lograrlo, es fundamental establecer prioridades, y trabajar en los problemas sencillos. Resolverlos ayuda a continuar con las dificultades más complejas.
4. Si no hay síntomas, no hay estrés.
«La ausencia de síntomas no significa la ausencia de estrés», según la asociación. Es importante aprender a manejar el estrés sin camuflar los síntomas con medicación; esto podría eliminar las señales necesarias para reducir la tensión en el sistema fisiológico y psicológico.
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5. Los síntomas secundarios de estrés no requieren atención.
Los síntomas secundarios, como dolor de cabeza o acidez estomacal, son las primeras advertencias de que algo no anda bien. De no tratarse, pueden dañar gravemente la calidad de vida del afectado.
Vía: Asociación americana de Psicología
