El humo del tabaco afecta tanto a las personas que lo consumen, como a aquellas que lo inhalan al encontrarse cerca. Aunque no lo creas, este tipo de exposición al cigarro afecta la salud de tu familia más de lo que crees, incluso puede generar una gran cantidad de enfermedades a corto y largo plazo.

El humo de segunda mano es la combinación del humo que exhala un fumador y el humo que sale del extremo encendido del tabaco. Cada vez que alguien cercano a ti lo inhala, absorbe más de 7,000 compuestos químicos, la mayoría dañinos y tóxicos —70 de esas sustancias dañinas pueden ocasionar cáncer—.

A decir de especialistas, los niños que crecen en hogares con un fumador tienen niveles más altos de cotinina en la sangre —producto que se forma después de que el humo de los productos del tabaco entra en el cuerpo—. Como si esto fuera poco, mientras más pequeño es el menor, más graves son los efectos. Algunos de ellos son:

  1. Infecciones de oído frecuentes y crónicas. 
  2. Nuevo diagnóstico de asma o asma que empeora.
  3. Bajo peso al nacer, que tiene como consecuencia una función pulmonar deficiente.
  4. Flema, sibilancia, disnea e infecciones respiratorias recurrentes, como bronquitis y neumonía.
  5. Síndrome de muerte súbita del recién nacido.

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Además de reducir el consumo de tabaco, o eliminarlo por completo, es importante que eduques a tus pequeños sobre los peligros del humo del tabaco. Expertos recomiendan hacer énfasis en la importancia de no fumar. Recuerda que existen diversos trucos que te ayudarán a dejar este mal hábito; entre ellos destacan la meditación, el ejercicio frecuente, los grupos de apoyo, entre otros. Si necesitas ayuda, consulta a un especialista.

 

Vía: Family Doctor