Un bebé mayor puede sentir estrés patológico o ansiedad si no tiene suficiente tiempo de juego durante el día. Sobrepasar los límites de la comodidad es otra razón común para que los más pequeños sufran dicha ansiedad.
Por ello, aquí te dejamos algunas señales de advertencia que permiten detectar a un bebé «ansioso», cortesía de la Academia Americana de Pediatría:
- Evita a otras personas.
- Poco apetito.
- Nerviosismo.
- Dificultad para dormir.
- Dolores de estómago o de cabeza.
- Depresión.
Comúnmente no hay que alarmarse, pues la mayoría de los niños sufre estrés «bueno» (lo que se conoce como eustress), que es una respuesta activa ante un estímulo desagradable o “estresante”, que acaba en el momento en que se resuelve el conflicto. No obstante, aquellos bebés que tienen estrés patológico o ansiedad sí pueden ver mermada su salud, aunque esto suele ser mucho más raro ya que un niño bien cuidado, alimentado y querido difícilmente sufrirá estas complicaciones.
No olvides poner atención a estas señales para evitar que la calidad de vida de tu hijo(a) se vea reducida. Detectar oportunamente cualquier cambio que afecte su salud resulta crucial para prevenir la aparición de enfermedades o controlarlas adecuadamente.
Vía: Health Day News / Todo papás