La ansiedad se ha convertido en un problema común durante la cuarentena, especialmente en los más jóvenes. Un padre o un maestro pueden detectar signos de que un niño o un adolescente está ansioso, particularmente si se encuentran asustados, preocupados o nerviosos.
La ansiedad también puede afectar su cuerpo. Se pueden sentir inestables, inquietos, agitados o faltarles la respiración. Pueden tener la cara caliente, las manos húmedas y pegajosas, la boca seca y el corazón acelerado.
Estos síntomas físicos de ansiedad son la consecuencia de la respuesta de «lucha o huida». Se trata de la respuesta normal del cuerpo ante el peligro. Esta respuesta desencadena la liberación de sustancias químicas naturales en el organismo, mismas que nos preparan para afrontar un peligro real.
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¿Qué hacer si a tu hijo le diagnosticaron ansiedad?
- Encuentra a un terapeuta con formación y experiencia.
- Habla con el terapeuta de tu hijo por videollamada y pregúntale sobre la mejor forma de ayudar.
- Apoya a tu hijo para que afronte sus miedos y a que hable sobre sus sentimientos. Escúchalo y hazle saber que lo entiendes, lo quieres y lo aceptas. El hecho de tener una relación positiva y afectuosa ayudará a tu hijo a mejorar en sus puntos fuertes.
- Anima a tu hijo a avanzar dando pequeños pasos. No permitas que tire la toalla, hazle saber que puede avanzar dando pequeños y positivos pasos hacia adelante.
- Sé paciente. Que la terapia funcione y que tu hijo se encuentre mejor es un proceso que requiere tiempo.
Recuerda preguntar al terapeuta cómo puedes ayudar a tu hijo a poner en práctica lo que aprende en la terapia en su casa.
Vía: Kids Health