El acné se forma cuando los folículos pilosos se bloquean debido a la piel muerta y a la producción de aceite. Es en ese momento cuando las bacterias comienzan a crecer y a irritar la piel.
Las espinillas suelen aparecer en la cara, pero también pueden manifestarse en la espalda, el pecho, el cuello y los brazos.
Por lo anterior, la Academia Americanan de Médicos de Familia nos menciona los siguientes detonantes comunes para el acné:
- Cambios hormonales durante la pubertad, antes del ciclo menstrual de una mujer o durante el embarazo.
- Ciertos medicamentos.
- Cosméticos, especialmente productos a base de aceite, loción bronceadora y productos para el cabello.
- Estrés.
- Apretar, exprimir o arrancar los granos existentes.
- Tallar tu piel con demasiada dureza (como cuando te bañas, te quitas maquillaje, etc.).
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Recuerda que el acné es un trastorno de la piel que ocasiona la aparición de comedones, puntos negros o granos, y suele surgir en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. El acné es más frecuente en los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades.
Existen tratamientos efectivos, pero el acné puede ser persistente. Los granos y erupciones suelen sanar lentamente, y cuando unos empiezan a desaparecer, otros comienzan a aflorar.
Según su gravedad, el acné puede causar angustia emocional y dejar cicatrices en la piel. Por ello, cuanto antes inicies un tratamiento, menor será tu riesgo de padecer dichos problemas.
Acude con un dermatólogo para que evalúe tu situación; y si el acné persiste o es grave, solo dicho especialista podrá prescribirte el tratamiento más adecuado para ti.
Vía: Health Day News / Clínica Mayo