Dejar los pañales y comenzar a ir al baño por sí solo es un paso importante tanto para los bebés como para los padres.

La clave para que esta transición sea exitosa, de acuerdo con especialistas, es elegir el momento adecuado y tener paciencia.

¿Cuándo es el momento idóneo? Expertos sugieren que la mayoría de los bebés suelen estar listos para abandonar los pañales entre los 18 y los 24 meses de edad.

Conoce más: 6 tips para educar a niños pequeños sin perder la paciencia

Sin embargo, también señalan que esto solo es una sugerencia, ya que el éxito en el entrenamiento para comenzar a ir al baño depende del desarrollo y del comportamiento del niño, más que de su edad en sí.

Señales de que está listo

Los padres de familia pueden saber que su bebé está listo para comenzar con el entrenamiento que lo llevará a la taza del baño cuando identifiquen las siguientes señales:

1. Puede caminar y sentarse en el inodoro por sí solo.

2. Es capaz de bajarse y subirse los pantalones.

3. Se mantiene ‘seco’ durante, al menos, dos horas.

4. Puede comprender y seguir indicaciones básicas.

5. Es capaz de interpretar y expresar sus ganas de ir al baño.

6. Demuestra interés en usar el baño.

Cuando un niño demuestra todas o varias de la anteriores señales, es el momento de comenzar a entrenarlo para dar el gran paso. Si el pequeño aún no muestra estos signos, los padres no deben preocuparse. Los expertos señalan que algunos niños no están listos sino hasta los 3 años.

Recomendaciones

Los padres también necesitan prepararse para ayudar a sus hijos durante este cambio. Para hacerlo, los especialistas sugieren las siguientes recomendaciones:

-El proceso requiere paciencia, ya que puede tardar hasta 3 meses. Si en ese tiempo no tiene éxito, es posible que el niño aún no esté preparado para dejar los pañales.

-Si la familia pasa por cambios importantes, como mudarse de casa o la llegada de un nuevo bebé, puede no ser un buen momento para comenzar el proceso.

-Debe ser la motivación del niño la que guíe el proceso, y no la ansiedad de los padres.

-Evitar comparar el éxito o la dificultad del entrenamiento para dejar el pañal con la inteligencia del pequeño.

-Tener presente que los accidentes son inevitables, y que no hay lugar para el castigo en el proceso.

-Planificar el proceso para aprender a ir al baño para cuando ambos o uno de los padres puedan dedicar tiempo y energía a ser consistentes a diario durante algunos meses.

 

Vía: Mayo Clinic