Más de 2 millones de personas toman anticoagulantes con regularidad, así lo indica la Agencia de Estados Unidos para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica.
Dichos medicamento se prescriben para ayudar a prevenir los coágulos de sangre. No obstante, pueden ponerte en mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.
Por lo anterior, la agencia sugiere lo siguiente:
- Siempre toma un anticoagulante según las indicaciones de tu médico.
- Nunca omitas una dosis o dupliques una dosis.
- Usa una caja organizadora de pastillas todos los días, para que nunca olvides tomar tu medicamento.
- Inspecciona tu medicamento para identificar cualquier objeto o agente extraño una vez que lo recojas en la farmacia.
- Informa a tu médico sobre todos los otros medicamentos que tomas, en caso de que los medicamentos puedan interferir con la forma en que funciona tu anticoagulante.
- Ten en cuenta todos los posibles efectos secundarios e informa cualquier caso a tu médico.
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Recuerda que hay dos tipos principales de anticoagulantes: aquellos que desaceleran el proceso de formación de coágulos en tu cuerpo, como la heparina o la warfarina; y los fármacos antiplaquetarios —como la aspirina—, que previenen que las células sanguíneas llamadas plaquetas se aglomeren para formar un coágulo.
Finalmente y bajo supervisión de tu médico, asegúrate de que estás tomando el suficiente medicamento para prevenir la formación de coágulos, pero no demasiado, para que no te causes un sangrado.
Vía: Health Day News / Medline Plus