A continuación dejamos esta serie de sugerencias para que no te compliques la vida al momento de preparar el desayuno en tu día a día, y de igual manera siga siendo nutritivo y delicioso:
1. Tratar de convertir el desayuno en la comida principal del día: Esto se consigue si se programa con tiempo. Cuando se logre hacer esto, se recomienda consumir una comida normal y una cena ligera.
2. Utilizar para el desayuno la comida sobrante del día anterior o ingredientes de ésta.
3. Si no se dispone de tiempo o no se tiene apetito:
- Recurrir a una malteada preparada con leche descremada o yogurt bajo en grasa, una fruta y 1/3 de taza de cereal.
- Optar por alimentos o productos que no requieren preparación, como fruta entera (manzana, guayaba, entre otras), un sándwich a base de una rebanada de pan integral o una rebanada de queso panela.
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4. Elaborar con antelación ensaladas de frutas con queso cottage o yogur y cereal.
5. Dejar puesta la mesa desde la noche anterior, con los alimentos o ingredientes que no requieren refrigeración (pan, cereales secos, fruta).
6. Realizar la noche anterior la mayor cantidad posible de tareas.
Por ejemplo:
- Partir la fruta y dejarla lista en el refrigerador.
- En caso de que se vaya a desayunar chilaquiles, no dorar la tortilla, sino tostarla.
- Si se van a preparar quesadillas con algún guisado, cocinar en la noche (rajas con cebolla, flor de calabaza, cuitlacoche, hongos, etc).
- Si se van a preparar molletes con frijol y queso, pueden prepararse los frijoles y la salsa desde el día anterior.
- Si se va a preparar algún sándwich, se puede desinfectar la verdura un día antes.
Vía: Adaptado de Pérez Lizaur, Kaufer Horwitz, Arroyo P. Nutrición en el curso de la vida. En: Nutriología Médica. Edit. Panamericana. Pág. 380