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Además de brindar una dosis significativa de antioxidantes, tener el hábito de tomar un café diario por la mañana también puede ayudar a prevenir diversas dolencias, incluida la diabetes tipo 2, la enfermedad de Parkinson, el cáncer de colon y el de mama. Para maximizar los beneficios de tu amada bebida, te dejamos estos seis tips. Quizás descubras que disfrutas aún más de tu ritual mañanero.

1. Bebe un vaso de agua primero

Investigaciones han demostrado que, aunque la cafeína es un diurético (lo que significa que desencadena la pérdida de líquidos), tu cuerpo puede ajustarse a una ingesta constante de cafeína, evitando el efecto deshidratante. Sin embargo, muchas personas que comienzan su día con café descubren que no beben suficiente agua natural para el final del mismo. Si eres una de ellas, intenta al menos beber una taza u ocho onzas (250 ml) de agua simple potable cuando te despiertes. Establece un objetivo de cuatro porciones de 16 onzas (475 ml) de agua durante todo el día para mantenerte bien hidratado.

2. Elimina los edulcorantes artificiales

Pueden estar libres de calorías, pero la investigación muestra que los edulcorantes artificiales estimulan los antojos y están relacionados con un mayor riesgo de obesidad, enfermedad cardíaca y diabetes tipo 2. Si has sido un fanático o fanática del azúcar falso, tendrás que dejar de serlo. Intenta ajustarte al café sin azúcar, o usa una pequeña cantidad (checa el tip siguiente) de azúcar real.

3. Reduce tu ingesta de azúcar a un solo sobre por día

La Asociación Americana del Corazón recomienda un límite diario de seis cucharaditas de azúcar por día para las mujeres. Eso deja espacio para el azúcar en tu café, pero toma en cuenta toda la que uses. En lugar de agregarla desde un recipiente más grande, usa pequeños sobres o una cuchara de medir para realizar un seguimiento de tu ingesta. Y trata de usar sólo un sobre o una cucharadita. Si usas leche pre edulcorada o sustituto de crema, omite por completo el azúcar granulada (es decir, la semirrefinada que viene en cristales sueltos y gruesos).

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4. Usa lácteos obtenidos de ganado alimentado con pasto o leche de origen vegetal

Si eres un fanático de la leche, opta por leche o crema orgánica de origen vegetal en tu café. Los productos lácteos producidos de esta manera contienen más nutrientes, así como ácidos grasos omega-3 antiinflamatorios.

Alternativamente, opta por «leches» y cremas hechas con almendras, coco, marañón (o anacardo) y otras fuentes vegetales. Pueden ser mucho más bajas en calorías que las tradicionales; y a menudo se producen con ingredientes totalmente naturales (la etiqueta suele decir: sin jarabe de maíz con alto contenido de fructosa) y proporcionan grasas monoinsaturadas saludables para el corazón. Si prefieres una versión con sabor o endulzada, consulte los gramos de azúcar en el apartado de información nutricional. Cuatro gramos de azúcar equivalen a una cucharadita.

5. Agrega canela u otras especias

Uno de los mejores trucos para reducir el consumo de azúcar es consumir especias «dulces», como la canela, el jengibre, la nuez moscada y el clavo. Además de aumentar el sabor y el aroma, las especias aumentan considerablemente la ingesta de antioxidantes. (La canela tiene la ventaja añadida de ayudar con el azúcar en la sangre y la regulación de la insulina.) También puedes probar un combo de especias añadiéndolas a un postre horneado, como calabaza o tarta de manzana. Finalmente, puedes espolvorear cacao crudo en polvo, otro complemento rico en antioxidantes.

6. Prueba una «siesta de café»

Probablemente pienses en el café como un estimulante. Pero sus efectos no se activan durante aproximadamente 30 minutos. Eso significa que si disfrutas de una taza de café justo antes de tomar una siesta de 20-30 minutos, puedes despertarte con mucha más energía. Solo asegúrate de no probar este truco en las últimas horas de la tarde; lo mejor es dejar de consumir cafeína seis horas antes de ir a dormir.

 

Vía: Health.com