El amor no siempre es fácil o perfecto, pues siempre habrá altibajos y es un trabajo arduo lograr que una relación dure a largo plazo. A veces requiere atravesar momentos difíciles que nunca imaginaste, y algunos de los más complicados pueden presentarse cuando un ser querido está luchando con problemas de salud mental o con una adicción. Entonces, ¿cómo puedes ayudar? ¿Por dónde empiezas?
“A veces, los seres queridos pueden estar en la mejor posición para ayudar a alguien que lucha con un problema de salud mental o de adicción”, señaló el doctor Patrick Kane, psiquiatra del Centro Médico de la Universidad de Jersey Shore (Estados Unidos). Como suele ser el caso en las relaciones, la comunicación es clave, continuó Kane, “pero existe un delicado equilibrio para que los más cercanos brinden un camino de apoyo y cuidados, separando a la persona de su enfermedad, apoyándola pero no habilitándola”.
Por ello, estos son algunos consejos que debes poner en práctica al iniciar esta difícil labor:
1. Lidera con bondad y compasión
Para alguien perdido en la oscuridad de una enfermedad mental y/o adicción, un poco de bondad adicional podría marcar la diferencia. Entonces, en lugar de acercarte a ellos con más de las mismas preocupaciones o incluso con abierta frustración, cambia el guión y trata de alegrarles el día con un poco de compasión. Hazles saber que los aceptas como persona, incluso si no siempre aceptas su comportamiento. Diles que los apoyarás, sin importar cuán severos sean sus problemas de adicción/salud mental.
2. Escucha, no juzgues
Es más probable que un ser querido confíe en ti si lo escuchas sin interrumpirlo ni criticarlo. No es necesario que comprendas o controles su enfermedad, pero puedes capacitarlos para que den un salto de fe y busquen atención.
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3. Establece límites (y cúmplelos)
Puedes brindar apoyo sin permitir o aceptar un comportamiento en donde tu ser querido se dañe a sí mismo y afecte a todos los que lo rodean. Haz responsable a tu ser querido del manejo de su enfermedad. Ayúdalo a encontrar el apoyo/tratamiento que necesita, pero recalca que depende de él/ella aceptar el cambio y que requiere poner un pie delante del otro.
4. Es difícil, pero no los alejes
No es fácil amar a alguien que sufre de una enfermedad mental o adicción. Puede hacer que te sientas frustrado(a), enojado(a) y decepcionado(a). No dejes que estos sentimientos te lleven a una fricción que los alejará; mantén tu corazón abierto incluso cuando sea difícil. No te desanimes ni te abrumes, y sé consciente de tus propias necesidades y limitaciones. Mantenerte emocionalmente saludable y firmemente arraigado(a) en la realidad te permitirá apoyar mejor a tu ser querido.
5. Recuerda, no es personal
No olvides que su estado de ánimo y su comportamiento son síntomas de una enfermedad. Lo más seguro es que a tu ser querido tampoco le guste cómo se siente o cómo actúa, sintiendo esa incomodidad mucho más que tú.
6. Conoce y acepta las limitaciones de tus seres queridos, y las tuyas
Vivir con una enfermedad mental o adicción puede ser frustrante y desalentador. No agraves la situación estableciendo expectativas elevadas o incluso demandas de cambio. En lugar de esperar que hagan cosas de las que son incapaces, permíteles establecer su propio estándar y trabajar con ellos para que den pasos realistas y alcanzables hacia la mejora y la recuperación.
7. Recorre el camino
Predica con el ejemplo y comunícate a través de tus acciones y de tus palabras. Sé constante y hazles saber que estás dispuesto(a) a apoyarlos cambiando también tu comportamiento. Ayúdalos a localizar centros de tratamiento/recuperación y asiste a reuniones de apoyo con ellos con la mayor frecuencia posible. El mensaje más fuerte que pueden necesitar es que no están solos y que recorrerás a su lado el camino hacia el bienestar, y que lo harás en cada paso del camino.