A pesar de ser muy importante para nuestra salud, la boca es una parte de nuestro cuerpo que solemos descuidar en cuanto a higiene se refiere.
Un número importante de personas piensan que con solo cepillarse los dientes un par de veces al día es suficiente para gozar de una buena salud dental. Pero no es así.
Llevar una saludable higiene bucal es tarea de todos los días. Para ayudarte en este cometido, te compartimos algunas medidas que, según el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), te garantizarán gozar de una adecuada salud bucal:
1 Cepillar los dientes con pasta dental por dos o tres minutos por lo menos tres veces al día, o bien, después de cada comida.
2 La técnica de cepillado debe ser la que indique un dentista. En caso de no tener indicaciones específicas, se sugiere emplear para el aseo bucal un cepillo de cerdas suaves, el cual debe ser colocado en un ángulo de 45 grados, donde se unen las encías y los dientes. El cepillado debe realizarse con movimientos cortos, suaves y elípticos, prestando atención a las encías, los dientes posteriores (de difícil acceso) y las zonas que rodean las coronas de los dientes y empastes.
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3 Usar hilo dental. Su empleo previene la formación de caries interdentales y elimina la acumulación de placa bacteriana.
4 Cambiar cepillo cada tres meses.
5 Masticar chicle sin azúcar. Esto ayudará a evitar la caries dental al sacar de entre los dientes las bacterias. Además facilitan la producción de saliva, la cual es muy importante para la salud bucal, ya que se lleva las partículas de la comida y neutraliza los ácidos que atacan los dientes, formados por la placa.
6 Realizar como mínimo una limpieza al año. Hecha por profesionales, una limpieza más profunda permitirá la eliminación de manchas y de sarro.
7 Acudir al dentista dos veces al año. Por lo menos cada seis meses, recibir la opinión de un profesional es muy importante para evaluar el estado de salud bucal.
Finalmente, el ISSSTE expone que existen varias señales de alerta que te avisan sobre una posible enfermedad de las encías, estas pueden ser mal aliento, encías que sangran, están retraídas, rojas o inflamadas; dolor al masticar, así como dientes flojos o sensibles.
Vía: Notimex
