La costra láctea, médicamente llamada dermatitis seborreica infantil, es una afección relativamente inofensiva que produce parches de piel ásperos y escamosos en el cuero cabelludo de los recién nacidos.
La costra láctea es fácil de reconocer debido a que los parches de escamas son grandes, grasientos, amarillos o marrones.
Las escamas se descarapelan y pueden hacer que la piel afectada se vea roja. A veces, el cabello se desprenderá junto con las escamas, pero no es nada preocupante, pues volverá a crecer.
Aunque generalmente ocurre en el cuero cabelludo, la dermatitis seborreica infantil también puede afectar la cara, las orejas, el cuello, el área del pañal y las axilas, así como la zona detrás de las rodillas.
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La afección no es contagiosa y generalmente desaparece sin tratamiento. No obstante, el sitio web KidsHealth.org sugiere visitar a un médico si:
- Estás tratando la costra láctea por primera vez.
- Tu hijo tiene la condición en lugares donde no hay cabello.
- No estás viendo que haya resultados con los tratamientos caseros.
- La erupción empeora o cubre grandes partes del cuerpo.
- La erupción está causando pérdida de cabello o picazón en la piel de tu hijo.
- La piel afectada se vuelve roja, comienza a drenar líquido o se siente caliente, lo cual podría ser un signo de infección.
- Tu hijo tiene un sistema inmune debilitado.
Al día de hoy, los especialistas no tienen claro qué es lo que causa la costra láctea, aunque podría estar relacionada con:
- Altos niveles de una sustancia aceitosa llamada sebo (que produce naturalmente el cuerpo para lubricar, proteger y mantener blanda la piel) en las áreas afectadas.
- Una reacción a una levadura llamada Malassezia, que forma parte de la microbiota de la piel de los seres humanos y de los animales de sangre caliente, ubicándose principalmente en las áreas ricas en glándulas sebáceas.
Vía: Health Day News / NHS – UK