Bajar de peso es un objetivo compartido por un gran número de personas, mientras que mantenerse en un peso saludable es la meta de otras tantas. Para lograr ambos objetivos, una de las principales recomendaciones que hacen expertos es la de controlar las porciones de alimentos que se consumen.
¿Qué son las porciones? Se le denomina porción a una parte de la ración de un alimento. Es decir, se trata de solo una parte de un determinado platillo. Por ejemplo, un alimento empaquetado puede contener más de una porción.
Conoce más: ¿Cuál es la diferencia entre una porción y una ración?
¿Por qué son importantes? Su importancia radica en que son fundamentales para medir y saber cuánta cantidad de comida consume una persona, y determinar si es menor a mayor a la cantidad que necesita para tener un peso saludable.
Mejor que seguir una dieta
Prestar atención al tamaño de las porciones de alimentos que se consumen día a día puede llegar a ser más benéfico para mantener un peso saludable que el hecho de seguir alguna dieta de moda, indicó Lisa R. Young, dietista registrada experta en el control de las porciones y profesora adjunta de Nutrición en la Universidad de Nueva York, en Estados Unidos.
De acuerdo con la especialista, cuando una persona busca bajar de peso o mantenerlo saludable, lo ideal es que no se obsesione con seguir una dieta, ni que se dedique a prohibir o eliminar grupos alimenticios (como las grasas o los carbohidratos). En lugar de eso, ella recomienda enfocarse en el tamaño de las porciones.
Consejos
¿Cómo conseguirlo? Young promueve algunos consejos:
1. Preparar y hacer la mayoría de las comidas en casa.
2. Reducir el tamaño de los platos al tamaño de uno para ensalada.
3. Utilizar tazas medidoras para repartir porciones moderadas de alimentos hasta que seamos capaces de calcularlas con exactitud sin necesidad de usarlas.
4. Invertir en una báscula para cocina, la cual facilitará asegurar que siempre se consumen de 85 a 115 gramos de carne, pollo o pescado.
5. Llenar siempre la mitad o más de un plato con vegetales bajos en carbohidratos (brócoli, coliflor, espinacas, ejotes, zanahorias, coles, etc.).
6. Limitar los vegetales ricos en almidón (como las patatas y los camotes).
7. Los granos (enteros, no refinados) no deben ser una porción de más media taza o una taza, como máximo.
Finalmente, Young aconsejó llevar un diario de alimentación, en el cual se debe registrar todo lo que se consume cada día, en dónde y en qué cantidad. Esta medida puede ayudar a las personas a reconocer cuando hay un consumo excesivo o descuidado.
Vía: The New York Times