Los viajes de larga distancia son bastante preocupantes. Pero agregarle un niño a la ecuación sólo se traduce en que los niveles de estrés, seguramente, aumentarán.

Ante ello, la Academia Americana de Pediatría sugiere cómo viajar con un niño para que sea más fácil:

  1. Ajusta el horario de sueño de tu hijo unos días antes de la salida para minimizar el desfase horario. Una vez que llegues, anima al niño a jugar afuera durante el día, para ayudarlo a adaptarse a la diferencia horaria.
  2. Presta mucha atención mientras el niño nada. Las piscinas pueden no estar equipadas con los mismos sistemas de drenaje modernos, y las playas podrían no tener salvavidas.
  3. Asegúrate de que tu hijo siempre use un chaleco salvavidas en un bote o lancha.
  4. Inspecciona cuidadosamente las áreas de alojamiento para ver si hay cables expuestos, veneno de plagas, restos de pintura o escaleras o barandales inadecuados en el balcón.
  5. Ten en cuenta que una cuna o patio de juego provistos por un hotel pueden no cumplir con los estándares de seguridad conocidos.
  6. Empaca un protector contra mosquitos al igual que un repelente si viajas a un país que alberga una enfermedad transmitida por estos insectos.
  7. Consulta a un pediatra para asegurarte de que tu hijo esté al día con sus vacunas.

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Finalmente, no olvides decirle a tu niño o niña que viajar es divertido, pues hará que ellos tengan en mente eso y que no pregunten todo el tiempo, ¿ya vamos a llegar, ya vamos a llegar?, que es muy común entre los peques.

 

Vía: Health Day News