Un desfibrilador externo automático (AED, por sus siglas en inglés) puede salvar vidas durante un paro cardíaco repentino (SCA, por sus siglas en inglés), así lo señala la Cruz Roja.
Este tipo de desfibriladores son dispositivos ligeros y portátiles que ofrecen una descarga eléctrica a través del pecho que llega al corazón. El shock puede potencialmente detener un latido cardíaco irregular (arritmia) y reanudar un ritmo cardíaco normal después de un paro cardíaco repentino (se produce cuando el corazón funciona mal y deja de latir inesperadamente).
Si el SCA no se trata dentro de pocos minutos, rápidamente puede llevar a la muerte.
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La mayoría de los SCA son el resultado de la fibrilación ventricular (FV), un ritmo cardíaco rápido y no sincronizado que se origina en las cámaras inferiores del corazón (los ventrículos). El corazón debe ser “desfibrilado” rápidamente, porque la probabilidad de una víctima de sobrevivir cae de siete a 10 por ciento por cada minuto que pase y que el ritmo cardíaco normal no se restaure.
Por ello, y para niños mayores de 8 años y adultos, los espectadores pueden seguir los siguientes pasos para utilizar correctamente un AED después de llamar al 911:
- Enciende el AED y sigue las instrucciones.
- Abre la camisa de la persona y seca el pecho desnudo.
- Coloca las almohadillas del AED.
- Asegúrate de que nadie toque a la persona.
- Pulsa el botón analizar.
- Si el AED recomienda administrar una descarga, asegúrate de que nadie toque a la persona nuevamente.
- Una vez despejado, presiona el botón de descarga.
- Comienza la RCP después de administrar la descarga y continúa siguiendo las indicaciones del AED.