Los protectores solares sólo pueden funcionar bien si se aplican correctamente. Es común y muy frecuente que la gente olvide ponerse protector solar, o que sólo cubran su cara y brazos, dejando la espalda, el torso, las piernas y los pies totalmente expuestos. Para ayudarte a disfrutar los días de sol de manera segura, expertos dermatólogos de la Universidad de Yale y la Academia Americana de Dermatología (AAD) nos ofrecen los siguientes tips, a fin de ayudarnos a evitar el daño solar y reducir las probabilidades de contraer cáncer de piel:
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1. No confíes en los filtros solares «comestibles»
Actualmente, una variedad de cócteles de vitaminas y hierbas se comercializan como protectores solares. «No hay evidencia científica de que estos filtros solares comestibles proporcionen una protección UV adecuada», advierte la doctora Kathleen Suozzi. «En su lugar, usa un protector solar tópico (que se unta en la piel)».
2. Aplica generosa y abundantemente un protector solar con FPS alto
Utiliza un filtro solar de amplio espectro, resistente al agua (factor de protección solar [FPS] de 30 o mayor) todos los días. Asegúrate de que el tuyo no haya caducado y vuelve a aplicar cada dos horas, así como después de nadar o sudar.
3. Tu protector solar, ¡también necesita protección!
En un día que supere los 30 grados Celsius, el maletero del coche o la bolsa de playa no son los mejores lugares para guardar tu protector solar. El calor descompone su efectividad. Es mejor llevarlo contigo en una bolsa pequeña. Y cuando estés en el parque, la alberca o la playa, protégelo colocándolo en una bolsa más fresca y en la sombra, al lado de las bebidas y aperitivos.
4. Que tus labios le «sellen el paso» a los rayos del sol
Los bálsamos, brillos (gloss) y lápices labiales a menudo poseen ingredientes con FPS. Además, los lápices labiales opacos contienen pigmentos que ayudan a bloquear los rayos nocivos, según la AAD. Entre más opaca sea la fórmula, mejor será la protección.
5. Crea un poco de sombra
La ropa hecha de tela fuertemente tejida con un alto índice de protección ultravioleta (FPU) puede crear una barrera física que proteja tu piel del sol. Las mangas largas o los pantalones, las gafas de sol y un sombrero con un borde ancho también te ayudarán a generar sombra.
6. Evita las horas «pico» del sol
El sol es más dañino para la piel entre las 10 a.m. y 2 p.m., así que planea tus actividades al aire libre antes o después de este horario.
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7. Dile «no» a las camas de bronceado
No hay tal cosa como un «bronceado saludable». Un bronceado es una lesión y significa que la piel está dañada, afirma la dermatóloga Amanda Zubek. Las camas de bronceado con luz ultravioleta pueden aumentar el riesgo de melanoma en un 59 por ciento, y el carcinoma de células escamosas en un 67 por ciento, según la AAD.
8. ¡Cuidado con los rayos UV en los salones de uñas!
Los estudios han demostrado que las luces UV utilizadas para secar el esmalte de uñas en los salones de belleza representan un factor de riesgo para desarrollar cáncer de piel en las manos. Dicha exposición UV también puede causar que las manos luzcan irregulares y con arrugas.
9. Chécate tú mismo(a)
Usando un espejo de cuerpo entero, examina tu piel para buscar manchas que parezcan sospechosas (lunares de forma inusual que están cambiando de forma o son de color negro, rojo o rosa, por ejemplo). Si encuentras alguna, acude con tu dermatólogo o médico familiar para que te haga una evaluación a fondo. Si previamente has tenido cáncer de piel, debes acudir anualmente a revisiones con tu dermatólogo, enfatizó Suozzi.
Vía: Yale Medicine