Una convulsión es una descarga eléctrica anormal en el cerebro y, lo creas o no, es bastante común entre los niños. Estas pueden ser aterradoras de presenciar, pero no todas las convulsiones son tan obvias. Por ello, es importante conocer los posibles signos.
«Es difícil buscar solo una o dos cosas», señala Luke Tomycz, neurocirujano del Hospital Infantil Joseph M. Sanzari y del Centro Médico de la Universidad de Hackensack. «Las convulsiones pueden verse muy diferentes en diferentes personas».
Señales de alerta
Estas son algunas de las señales de advertencia de que un niño está sufriendo una convulsión:
- Mirar fijamente y/o períodos de parpadeo rápido de los ojos
- Rigidez del cuerpo
- Movimientos espasmódicos de brazos y piernas
- Habla confusa
- Pérdida de consciencia
- Lucir confundido o desorientado
- Pérdida del control de la vejiga o los intestinos
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Durante una convulsión, los labios de tu hijo pueden ponerse azules y su respiración puede volverse irregular. Una vez terminada la convulsión, tu hijo podría quedar somnoliento o confundido, o incluso es capaz de olvidar por completo lo que acaba de ocurrir.
“Algunos niños se reirán incontrolablemente mientras sufren una convulsión”, menciona Tomycz. «Otros pueden alucinar, ver manchas o tener episodios de vómitos, por lo que hay muchas cosas diferentes que buscar».
Qué hacer si tu hijo tiene una convulsión
Si notas que tu hijo está teniendo convulsiones, realiza lo siguiente:
- Primero, que no cunda el pánico.
- Quédate con tu hijo.
- No lo reprimas.
- Haz tu mejor esfuerzo para cronometrar el episodio o, mejor aún, grabarlo.