El ejercicio protege contra una serie de enfermedades crónicas que pueden afectar a las personas a medida que envejecen, y ahora, gracias a una nueva investigación publicada en la revista British Journal of Sports Medicine, también se sabe que protege contra los casos graves de COVID-19.
El trabajo encontró que estar físicamente activo reduce el riesgo de hospitalización de los pacientes con COVID-19, así como la admisión y la muerte en la unidad de cuidados intensivos (UCI). Incluso estar algo activo brindó cierta protección.
«Esta es una llamada de atención a la importancia de los estilos de vida saludables y especialmente de la actividad física», señaló el doctor Robert Sallis, médico de medicina familiar y deportiva en el Kaiser Permanente Fontana Medical Center y el autor del estudio.
El «estudio muestra realmente lo importante que es el ejercicio durante esta pandemia y más allá. Las personas que se ejercitan con regularidad tuvieron las mejores posibilidades de vencer al COVID-19, mientras que las personas que estaban inactivas lo hicieron mucho peor», agregó el experto.
Para el trabajo, Sallis y sus colegas analizaron datos de más de 48,000 pacientes adultos con una edad promedio de 47 años, quienes fueron diagnosticados con COVID-19 entre enero y octubre de 2020. También se evaluaron los niveles de actividad física de los pacientes al menos dos veces entre marzo de 2018 y marzo de 2020.
De ellos, poco más del 6% eran constantemente activos, alrededor del 14% eran constantemente inactivos y el resto eran inconsistentemente activos.
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Los investigadores hallaron que casi el 9% de los pacientes fueron hospitalizados, poco más del 2% ingresaron en la UCI y el 1.6% murió.
Aquellos que estuvieron constantemente inactivos mostraron el doble de probabilidades de ser hospitalizados, 1.7 veces más probabilidades de ser admitidos en la UCI y casi 2.5 veces más probabilidades de morir que aquellos que estuvieron constantemente activos, mostraron los resultados.
Además de tener más de 60 años o de tener antecedentes de trasplante de órganos, la inactividad constante se asoció con el mayor riesgo de muerte por COVID-19, reveló el estudio.
Incluso los pacientes que realizaron actividad física de manera inconsistente mostraron un riesgo menor de COVID-19 grave, en comparación con aquellos que estuvieron inactivos de manera constante, lo que sugiere que cualquier cantidad de ejercicio puede ser beneficiosa.
«Lo que más me sorprendió de este estudio fue la fuerza de la asociación entre la inactividad y los malos resultados del COVID-19», resaltó Deborah Rohm Young, del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente del Sur de California y coautora del estudio.
«Incluso después de incluir variables como la obesidad y el tabaquismo en el análisis, todavía vimos que la inactividad estaba fuertemente asociada con probabilidades mucho más altas de hospitalización, ingreso en la UCI y muerte, en comparación con realizar actividad física moderada o cualquier actividad», añadió.
Sallis recomienda caminar 30 minutos al día, cinco días a la semana a un ritmo moderado, pues otorga un tremendo efecto protector contra el COVID-19.
Caminar a un ritmo moderado significa que estás demasiado cansado para cantar, pero todavía puedes hablar.
«Sigo creyendo que el ejercicio es un medicamento que todos deberían tomar, especialmente en esta era del COVID-19», concluyó Sallis.
Vía: Health Day News