La enfermedad de Alzheimer y la lesión cerebral traumática parecen afectar al cerebro de manera similar, así lo dio a conocer un nuevo estudio publicado en la revista GeroScience, el cual permitiría hallar nuevas formas de identificar a las personas con alto riesgo de Alzheimer.
«Los resultados son los primeros en sugerir que el deterioro cognitivo que sigue a una lesión cerebral traumática es útil para predecir la magnitud de la degradación cerebral similar a la de la enfermedad de Alzheimer», señaló Andrei Irimia, profesor asistente de gerontología, neurociencia e ingeniería biomédica en la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles y autor del estudio.
Anualmente, más de 1.7 millones de personas sufren una lesión cerebral traumática (LCT), que generalmente es seguida por cambios en la estructura y función del cerebro, así como por problemas de pensamiento y memoria.
La conmoción cerebral, que es una lesión cerebral traumática leve, es un factor de riesgo conocido para la enfermedad de Alzheimer, pero las similitudes en los cambios cerebrales causados por las dos afecciones no se habían investigado antes.
La nueva investigación incluyó a 33 personas que sufrieron LCT tras una caída; a 66 personas con Alzheimer; y a un grupo control de 81 personas sanas sin LCT o Alzheimer.
En comparación con el grupo control, los pacientes con LCT y Alzheimer mostraron más adelgazamiento cortical, dijeron los autores.
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El adelgazamiento cortical suele asociarse con disminuciones en la atención, la memoria y el habla, así como con una capacidad deficiente para tomar decisiones, integrar nueva información y adaptar el comportamiento a nuevas situaciones.
Usando resonancias magnéticas, los investigadores también hallaron similitudes significativas entre la enfermedad de Alzheimer y cómo la materia gris y blanca del cerebro se deteriora después de una lesión cerebral traumática.
Respecto a la materia gris, las similitudes más extensas se dieron en áreas relacionadas con la memoria y la toma de decisiones. En la materia blanca, hubo patrones similares de degeneración en estructuras como el fórnix (involucrado en la memoria); cuerpo calloso (que facilita el intercambio de información entre hemisferios cerebrales); y corona radiata (implicada en el movimiento de las extremidades).
«Los hallazgos ayudarían a los profesionales de la salud a identificar a las víctimas de una lesión cerebral traumática que corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer», indicó Irimia.
Aunque el estudio no establece una relación de causa y efecto entre la LCT y el Alzheimer, los investigadores destacaron que este se suma a la evidencia de que las dos afecciones comparten trayectorias comunes.
Tan solo en Estados Unidos, por ejemplo, se sabe que el 15% de la población posee antecedentes de LCT.
Si deseas saber más sobre la lesión cerebral traumática y el Alzheimer, consulta a tu médico.
Vía: Health Day News