La detección temprana del autismo puede acelerar su diagnóstico y tratamiento. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista The Journal of Pediatrics demuestra que es más probable que los pediatras actúen cuando las mamás y papás expresan sus inquietudes.

Según los pediatras encuestados en la investigación, solo el 39% de los niños pequeños que no pasaron una prueba de detección para hallar signos de autismo fueron remitidos a una evaluación adicional de expertos.

«La falta de seguimiento de la derivación se debió a que los pediatras pensaron que los resultados de la evaluación eran incorrectos», indicó Karen Pierce, profesora del departamento de neurociencias de la Universidad de California, en San Diego, y autora principal del trabajo.

Sin embargo, «si una mamá o papá decían sentirse preocupados, la tasa de referencias aumentaba al 70%», apuntó Pierce.

«Si tú eres madre o padre y tienes preocupaciones menores sobre cómo se está desarrollando tu hijo, debes hablar. No esperes. Tu voz tiene peso», aconsejó.

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Para el estudio, el equipo de Pierce utilizó una red de 203 pediatras que examinaron a más de 59,400 bebés o niños pequeños en sus citas médicas de control a los 12, 18 y 24 meses.

Las mamás y papás también completaron un cuestionario sobre el uso de contacto visual, palabras, gestos y otras formas de comunicación de sus hijos.

Se pidió a los pediatras que indicaran si estaban derivando a los niños pequeños para una evaluación adicional y, de no ser así, por qué no lo hicieron.

En total, casi 900 niños no pasaron la prueba y recibieron una evaluación adicional. De ellos, más de 400 fueron diagnosticados con autismo, dijeron los autores.

Aproximadamente el 60% de estos niños fueron evaluados en sus visitas médicas de control a los 12 meses y recibieron una evaluación integral, un diagnóstico y una derivación de tratamiento a los 15 meses.

«Existe una amplia evidencia de que la terapia temprana puede tener un impacto positivo en el cerebro en desarrollo. La oportunidad de diagnosticar y así comenzar el tratamiento del autismo alrededor del primer cumpleaños de un niño tiene un enorme potencial para cambiar los resultados de los menores afectados por dicho trastorno. Estos niños pequeños comenzaron su tratamiento aproximadamente tres años antes que el promedio nacional de 52 meses», subrayó Pierce.

 

Fuente: Health Day News