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La exposición a cierto tipo de contaminación del aire durante el embarazo puede aumentar las probabilidades de que tu hijo desarrolle asma, así lo dio a conocer un nuevo estudio publicado en la revista American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.

De acuerdo con los investigadores, los niños nacidos de madres expuestas a altos niveles de contaminación del aire por partículas ultrafinas durante el embarazo poseen un riesgo significativamente mayor de asma.

La contaminación por partículas ultrafinas es más pequeña que el ancho de un cabello humano promedio y puede penetrar profundamente en los pulmones y pasar a la sangre.

El trabajo incluyó a 376 madres y sus hijos, la mayoría de raza negra o hispana, en el área metropolitana de Boston, que ya estaban siendo monitoreados para evaluar su salud.

Muchas de las mujeres vivían en áreas cercanas a las principales carreteras con mucho tráfico, donde hay una mayor exposición a la contaminación del aire por partículas ultrafinas.

Poco más del 18% de los niños cuyas madres estuvieron expuestas a altos niveles de ese tipo de contaminación desarrollaron asma en sus años preescolares, en comparación con el 7% de los niños de todo Estados Unidos.

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La mayoría de los diagnósticos de asma entre los niños del estudio ocurrieron justo después de que cumplieran los 3 años de edad.

Tanto los niños como las niñas se vieron afectados por la exposición prenatal a partículas ultrafinas, pero las niñas fueron más sensibles a los efectos de la contaminación sobre el riesgo de asma cuando estuvieron expuestas al final del embarazo, encontró el estudio.

Las razones no están claras, pero investigaciones previas sugieren que esto podría deberse a los efectos de la alteración endocrina por exponerse a la contaminación, señalaron los autores.

Los investigadores advirtieron que la exposición a la contaminación en el útero puede afectar el desarrollo pulmonar y la salud respiratoria.

Asimismo, resaltaron que la contaminación del aire por partículas ultrafinas no está regulada ni monitoreada de manera rutinaria en Estados Unidos.

«Una razón por la que las partículas ultrafinas no se monitorean de manera rutinaria es que ha habido una serie de desafíos únicos para medirlas con precisión. Afortunadamente, se han desarrollado métodos recientes para obtener dichos datos de exposición, que nos permitieron realizar este estudio», comentó la doctora Rosalind Wright, autora principal del estudio, profesora de investigación en salud infantil y profesora de medicina ambiental y salud pública en la Escuela Icahn de Medicina en Mount Sinai, en Nueva York.

 

Fuente: Health Day News