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El sistema nervioso se divide en dos áreas principales: el cerebro y la médula espinal (sistema nervioso central o SNC) y las células nerviosas que controlan los movimientos voluntarios e involuntarios del cuerpo (sistema nervioso periférico o SNP), así lo indica Michigan Medicine, en Estados Unidos.

Cuando hay un problema del sistema nervioso, los síntomas dependen de qué área del mismo esté involucrada y qué está causando el problema. Los problemas del sistema nervioso pueden ocurrir lentamente y ocasionar una pérdida gradual de la función (degenerativa). O pueden ocurrir repentinamente y causar problemas potencialmente mortales (agudos). Los síntomas pueden ser leves o graves.

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Algunas afecciones, enfermedades y lesiones graves que pueden dar lugar a problemas del sistema nervioso incluyen:

  • Problemas de suministro de sangre (trastornos vasculares).
  • Lesiones (traumatismos), especialmente lesiones en la cabeza y la médula espinal.
  • Problemas que están presentes al nacer (congénitos).
  • Problemas de salud mental, como trastornos de ansiedad, depresión o psicosis.
  • Exposición a toxinas, como monóxido de carbono, arsénico o plomo.
  • Problemas que provocan una pérdida gradual de la función (degenerativa). Ejemplos incluyen:
    • Enfermedad de Parkinson.
    • Esclerosis múltiple (EM).
    • Esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
    • Enfermedad de Alzheimer.
    • Enfermedad de Huntington.
    • Neuropatías periféricas.
  • Infecciones. Estas pueden ocurrir en:
    • El cerebro (encefalitis o abscesos).
    • La membrana que rodea el cerebro y la médula espinal (meningitis).
  • Uso excesivo o abstinencia de medicamentos recetados y de venta libre, drogas ilegales o alcohol.
  • Un tumor cerebral.
  • Fallo de algún sistema de órganos. Algunos ejemplos incluyen:
    • Insuficiencia respiratoria.
    • Insuficiencia cardíaca.
    • Insuficiencia hepática (encefalopatía hepática).
    • Insuficiencia renal (uremia).
  • Otras condiciones. Ejemplos de ellas son:
    • Disfunción de la tiroides (tiroides hiperactiva o hipoactiva).
    • Nivel alto de azúcar en sangre (diabetes) o bajo nivel de azúcar en sangre (hipoglucemia).
    • Problemas de electrolitos.
    • Deficiencias nutricionales, como deficiencia de vitamina B1 (tiamina) o vitamina B12.
    • Síndorme de Guillain-Barré.

Síntomas que debes vigilar

Un problema repentino (agudo) del sistema nervioso puede causar muchos síntomas diferentes, según el área del sistema nervioso que esté involucrada. El infarto cerebral y el ataque isquémico transitorio (AIT) son ejemplos comunes de problemas agudos. La persona puede experimentar la aparición repentina de uno o más síntomas, como:

  • Entumecimiento, hormigueo, debilidad o incapacidad para mover una parte o todo un lado del cuerpo (parálisis).
  • Oscurecimiento, visión borrosa, visión doble o pérdida de la visión en uno o ambos ojos.
  • Pérdida del habla, dificultad para hablar o dificultad para entender el habla.
  • Dolor de cabeza severo y repentino.
  • Mareos, inestabilidad o incapacidad para pararse o caminar, especialmente si hay otros síntomas presentes.
  • Confusión o cambio en el nivel de conciencia o comportamiento.
  • Náuseas o vómitos intensos.

RECUERDA: Si presentas cualquiera de estos síntomas, acude con tu médico a la brevedad.

 

Fuente: Michigan Medicine – University of Michigan