Muchas personas que envejecen pueden tener su visión atenuada por las cataratas, pero la buena noticia es que pueden tratarse fácilmente, así lo indica el doctor Waid Blackstone, oftalmólogo de la Universidad de Alabama en el Birmingham Callahan Eye Hospital Clinic, en Pell City.
Tan solo en Estados Unidos, la mitad de la población con 80 años padece cataratas o se ha sometido a una cirugía para extirparlas, comentó Blackstone.
«En términos de las cataratas típicas relacionadas con la edad, la edad promedio de aparición se ubica entre los 40 y 50 años, pero la mayoría de las personas no experimentan problemas de visión hasta más tarde. Por ejemplo, la edad promedio de un paciente que se somete a cirugía de cataratas es de 73 a 75 años», detalló Blackstone.
Una catarata es un grupo de proteínas que deja el cristalino del ojo turbio o teñido, lo que afecta la visión. Una catarata puede ocurrir en uno o ambos ojos, y al día de hoy, se desconocen las causas.
Generalmente, las primeras etapas de una catarata van acompañadas de un aumento de la miopía, que puede corregirse con anteojos. A medida que avanza la catarata, la visión nocturna puede empeorar y los colores pueden lucir más apagados.
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«La visión borrosa es el problema principal, aunque eso puede manifestarse de un par de formas diferentes. Lo primero que la mayoría de la gente nota es el deslumbramiento. La luz golpea la catarata, se dispersa y dificulta ver. La queja común es la dificultad para conducir de noche debido al resplandor de los faros que se aproximan. La otra cara es que, con poca luz, las cataratas bloquean los niveles bajos de luz. La siguiente queja más común es la dificultad para leer la letra pequeña o ver imágenes más pequeñas», explicó Blackstone.
Los primeros síntomas de cataratas pueden mejorarse con anteojos, iluminación más brillante, anteojos de sol antirreflejantes o lentes de aumento. Si estas medidas no ayudan, la cirugía es el único tratamiento eficaz, agregó el especialista.
La extirpación de cataratas es una de las operaciones más comunes y una de las más seguras y efectivas. El cirujano extrae el cristalino turbio y lo reemplaza con un implante.
Por lo general, los cirujanos realizan la cirugía en un ojo y poco después en el otro ojo. El método más común tarda unos 15 minutos. Alrededor del 95% de las personas ven mejor después de la cirugía.
«La decisión de cualquier cirugía de cataratas se basa completamente en cómo está funcionando el paciente. Tenemos pacientes con cataratas moderadas o incluso graves que decidimos dejar en paz, simplemente porque, según las necesidades de ese paciente, puede que no sea una buena idea. Pero también vemos pacientes que pueden leer muy bien una tabla optométrica pero luchan con el resplandor nocturno. Es cuando comienzan a tener dificultades con las actividades diarias que comenzamos a considerar la cirugía de cataratas», finalizó Blackstone.
Fuente: Health Day News