Los cambios en tus finanzas pueden afectar más que tu bolsillo, pues según una nueva investigación publicada en la revista JAMA Cardiology, una pérdida de riqueza se asocia con un mayor riesgo de problemas del corazón, mientras que un aumento en las finanzas se asocia con un menor riesgo.
«La poca riqueza es un factor de riesgo que puede cambiar dinámicamente a lo largo de la vida de una persona y puede influir en su estado de salud cardiovascular», señaló el doctor Muthiah Vaduganathan, de la división de medicina cardiovascular del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, y autor del estudio.
«Por lo tanto, es una ventana de oportunidad que tenemos para una población en riesgo. Amortiguar grandes cambios en las finanzas debería ser un enfoque importante para el avance de las políticas de salud», subrayó el especialista.
Los investigadores analizaron datos de casi 5,600 adultos estadounidenses de 50 años o más que inicialmente no tenían problemas cardíacos, y fueron monitoreados desde enero de 1992 hasta diciembre de 2016.
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Para el estudio, la movilidad ascendente de la riqueza se definió como un aumento de al menos un quintil de riqueza, y la movilidad descendente de la riqueza se definió como una disminución de al menos un quintil en relación con sus pares de edad similar.
Los participantes que se ubicaron dentro del mismo quintil de riqueza entre entrevistas durante el período de estudio se clasificaron como con riqueza estable. En general, un aumento en la riqueza se asoció con un menor riesgo cardíaco y una disminución en la riqueza se asoció con un mayor riesgo, aunque el estudio no probó una relación de causa y efecto.
Según el doctor Andrew Sumarsono, de la división de medicina hospitalaria de la Universidad de Texas Southwestern y autor del estudio, dijo que «la disminución de la riqueza se asocia con más estrés, menos conductas saludables y menos tiempo libre, lo que a su vez se asocia con una peor salud cardiovascular. Es posible que lo inverso sea cierto y pueda ayudar a explicar los resultados de nuestro estudio».
El informe podría utilizarse para orientar la literatura médica y las políticas de salud futuras, sugirieron los investigadores.
Vaduganathan agregó que «la riqueza y la salud están tan estrechamente integradas que ya no podemos considerarlas de forma separada. En investigaciones futuras, debemos hacer esfuerzos que se dediquen a medir la riqueza de forma rutinaria y considerarla como un determinante clave de la salud cardiovascular».
Fuente: Health Day News