Como otras partes del cuerpo, los huesos también pueden infectarse a causa de bacterias y hongos. Estos microrganismos pueden extenderse al hueso desde la piel cercana, los músculos de alrededor o a través del torrente sanguíneo.

Las personas con mayor riesgo de infecciones óseas son las que padecen de diabetes, mala circulación o una lesión reciente en el hueso. También las personas que son tratadas con hemodiálisis.

Síntomas

  • Dolor en el área infectada.
  • Escalofríos y fiebre.
  • Hinchazón, calor y enrojecimiento del área infectada.
  • Sudoración excesiva.
  • Herida abierta que puede mostrar pus.

Conoce más: Metástasis de huesos, ¿es posible curarlas?

Un examen de sangre o un diagnóstico con rayos X pueden develar una infección en un hueso. El tratamiento incluye antibióticos y muchas veces, cirugía. El objetivo del tratamiento es detener la infección y reducir el daño al hueso y los tejidos circundantes.

Usualmente, los antibióticos destruyen las bacterias que están causando la infección. Con un tratamiento adecuado, el desenlace clínico para la osteomielitis aguda suele ser bueno.

Desafortunadamente, el pronóstico puede ser desalentador para aquellas personas con osteomielitis prolongada o crónica. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer durante años, incluso con cirugía.

El pronóstico para aquellas personas con una infección de la prótesis depende de:

  • La salud de la persona.
  • El tipo de infección.
  • Si la prótesis infectada se puede retirar sin problema.

Si detectas alguno de estos síntomas, visita de inmediato a un especialista en salud.

 

Fuente: Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos