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Los cambios en los hábitos de compra de comestibles de la población durante la pandemia agravaron todavía más las brechas preexistentes en el acceso a los alimentos, así lo dio a conocer un estudio que será publicado en la revista Applied Geography.

Aunque muchas personas con mejores ingresos económicos cambiaron a pedidos en línea y se abastecieron más, la mayoría de la gente de bajos ingresos todavía tenía que acudir físicamente a los mercados y supermercados locales, teniendo que hacerlo con regularidad pues no tenían la posibilidad de abastecerse de comestibles en grandes cantidades.

El trabajo examinó datos de 2020 sobre las visitas en persona a casi 400 tiendas de comestibles en el área de Columbus, Ohio, antes del confinamiento (del 6 de enero al 15 de marzo), durante el confinamiento (del 16 de marzo al 19 de abril) y durante la reapertura inicial (20 de abril – 31 de mayo).

Mientras que las tiendas de comestibles de gama media y alta y los grandes minoristas de alimentos en la ciudad tuvieron caídas significativas en el tráfico peatonal durante el cierre, los mercados y las tiendas independientes más pequeñas, particularmente en los vecindarios de bajos ingresos y aquellos que atienden a muchas personas de diferentes razas, tuvo una pequeña disminución en las visitas de los clientes.

«La mayoría de las personas de bajos ingresos todavía tenían que comprar alimentos en persona durante los confinamientos por COVID y es posible que no hayan tenido la capacidad económica para abastecerse de alimentos», señaló Armita Kar, estudiante del doctorado en geografía en la Universidad Estatal de Ohio y autora principal del estudio.

«Hicieron menos viajes a las tiendas de comestibles de gama media y alta fuera de su vecindario y continuaron yendo regularmente a las tiendas más cercanas, que eran los mercados pequeños, las tiendas de dólar y las tiendas de comestibles locales», indicó Kar.

Los problemas a los que se enfrentan las personas pobres durante los encierros pandémicos no son nuevos, agregó Huyen Le, profesora asistente de geografía en la citada universidad y coautora del estudio.

«La pandemia de COVID-19 exacerbó los problemas existentes de acceso desigual a los alimentos para las personas de bajos ingresos», dijo Le.

«Los ricos y los pobres compraban principalmente en diferentes tiendas de alimentos antes de la pandemia, y esas diferencias se hicieron más marcadas cuando se produjo el cierre», subrayó Harvey Miller, director del Centro de Análisis Urbano y Regional de la Universidad Estatal de Ohio y coautor del estudio.

Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de brindar mejores opciones de compra de alimentos para las personas de bajos ingresos que viven en los llamados desiertos alimentarios, mencionó Le.

Las ‘tiendas de dólar’ en Estados Unidos «ofrecen principalmente alimentos empaquetados y altamente procesados ​​que no son saludables. Los legisladores deberían examinar formas de ofrecer mejores opciones de compra para las personas en áreas de bajos ingresos, para que tengan un mejor acceso a alimentos saludables», enfatizó Le.

 

Fuente: Health Day News