Muchos adultos mayores pueden tener problemas con el consumo de alcohol, pero un nuevo estudio publicado en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research muestra que menos de la mitad de ellos habla sobre su problema con la bebida con sus proveedores de atención médica.

«Los adultos mayores tienen un alto riesgo de sufrir daños por el consumo excesivo de alcohol, especialmente aquellos con enfermedades crónicas existentes y que toman medicamentos recetados», señaló Pia Mauro, autora principal del estudio y profesora asistente de epidemiología en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Esto hace que «las discusiones sobre el alcohol con los proveedores sean particularmente importantes en esta población», subrayó.

Para el trabajo, el equipo de Mauro analizó datos de la Encuesta Nacional sobre el Uso de Drogas y la Salud tomados entre 2015 y 2019 de más de 9,600 adultos estadounidenses de 65 años o más (51% mujeres, 49% hombres), quienes informaron haber consumido alcohol y haber tenido una visita de atención médica durante el año anterior por cualquier razón.

En general, el 54% no habló sobre su consumo de alcohol con ningún proveedor (49% de los hombres, 58% de las mujeres). Entre los que sí hablaron sobre el consumo de alcohol con su proveedor, se les preguntó a más hombres que mujeres acerca de los problemas con la bebida (10% frente al 7%), se les recomendó reducir el consumo de alcohol (7% frente al 3%) o se les ofreció información sobre el tratamiento del alcoholismo (2% frente a 0.7%).

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Los resultados mostraron que los hombres tuvieron una tasa más alta de consumo excesivo de alcohol en el último mes (22% versus 14%) y de trastorno por consumo de alcohol el año anterior (4.5% versus 2%), en comparación con las mujeres.

Las enfermedades crónicas fueron comunes entre los adultos mayores del estudio: el 74% tenía al menos una enfermedad crónica, el 42% tenía presión arterial alta, el 28% tenía enfermedad cardíaca, el 19% tenía cáncer y el 18% tenía diabetes. Más del 35% tenía dos o más enfermedades crónicas, reveló la investigación.

«Es importante que los adultos mayores comprendan que el envejecimiento en sí mismo puede conducir a una mayor sensibilidad al alcohol y que ciertas enfermedades crónicas pueden agravarse con el consumo de alcohol», comentó Benjamin Han, profesor asistente en la división de geriatría, gerontología y cuidados paliativos de la Universidad de California en San Diego.

Tan solo en Estados Unidos, el consumo de alcohol no saludable está aumentando entre los adultos mayores, por lo que es importante que los proveedores de atención médica hablen sobre este hábito con sus pacientes de la tercera edad, especialmente con aquellos que padecen enfermedades crónicas, enfatizó Mauro. «Normalizar las discusiones sobre el consumo de alcohol con los proveedores sin juzgar es un paso importante para reducir el estigma y prevenir posibles consecuencias negativas para la salud», añadió.

Mauro también destacó que los hallazgos observados en las diferencias de género «exigen esfuerzos específicos para aumentar las discusiones sobre el consumo de alcohol entre los adultos mayores y sus proveedores».

 

Fuente: Health Day News