El fármaco anestésico ketamina y un medicamento relacionado, llamado esketamina, parecen ser seguros para combatir la depresión difícil de tratar, así lo informaron investigadores brasileños en un estudio publicado en la edición de septiembre/octubre de la revista Harvard Review of Psychiatry.
Varios estudios han sugerido que las dosis bajas de ketamina otorgan efectos antidepresivos rápidos, ayudando a mejorar el estado de ánimo en un período de 24 horas a siete días después de recibirlas.
Se han reportado beneficios similares con la esketamina, una versión del fármaco aprobada recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para su uso en pacientes con depresión que no responden a los antidepresivos estándar.
Aunque la ketamina todavía no está aprobada para el tratamiento de la depresión, algunos médicos la recetan «fuera de etiqueta» para ese propósito. Sin embargo, existen preocupaciones potenciales respecto a los efectos de la ketamina en el pensamiento y la memoria.
Para evaluar la seguridad cognitiva de la ketamina y la esketamina, los investigadores analizaron 14 estudios que incluyeron a más de 1,000 pacientes con depresión resistente al tratamiento que recibieron ketamina o esketamina.
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Los estudios incluyeron uno en el que los pacientes recibieron un aerosol nasal de esketamina durante 44 semanas, siete en los que los pacientes recibieron una sola infusión intravenosa de ketamina y seis en los que los pacientes recibieron seis infusiones de ketamina durante dos o tres semanas.
El trabajo de la esketamina no mostró cambios en el rendimiento cognitivo, y cinco de los estudios sobre ketamina en realidad informaron mejoras en la memoria, la velocidad de procesamiento (el tiempo que lleva completar una tarea mental) o la flexibilidad cognitiva (la capacidad de cambiar entre tareas mentales o pensamientos).
Solo uno de los 14 estudios reportó deterioro cognitivo después del tratamiento con ketamina, pero esos problemas no duraron más de siete días tras la administración del tratamiento.
Algunas funciones cognitivas mejoraron de siete a 13 días después de aplicar infusiones repetidas de ketamina en los pacientes, indicaron los investigadores.
«La evidencia actual sugiere que la ketamina y la esketamina no parecen ejercer efectos neurocognitivos deletéreos significativos en la depresión resistente al tratamiento», destacaron Breno Souza-Marques y Lucas Quarantini, de la Universidad Federal de Bahía, Salvador, Brasil, junto con sus colegas.
«Los resultados revelan posibles perfiles neuropsicológicos que predicen la respuesta antidepresiva a la ketamina, como menor atención, menor velocidad de procesamiento o mayor memoria de trabajo, que deberían evaluarse más a fondo en estudios futuros, ya que estos hallazgos aportarían evidencia que ahorraría tiempo a los médicos y especialistas en salud mental», concluyeron los autores.
Fuente: Health Day News