De acuerdo con Penny Kris-Etherton, profesora de Ciencias Nutricionales en la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State), las granadas son ricas en fibra dietética y antioxidantes.
El color rojo de esta fruta proviene de pigmentos vegetales llamados polifenoles, que se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal que funcionan como antioxidantes en el cuerpo y ayudan a combatir la inflamación y el envejecimiento. Cuando abres una granada, encuentras una abundancia de arilos redondos y rojos que tienen un sabor dulce pero ácido. Dentro de cada arilo hay una pequeña semilla. Está bien comer los arilos enteros o quedarse con el jugo y escupir las semillas. Pero no comas la corteza ni las áreas blancas, llamadas membranas, alrededor de los arilos.
La mitad de una taza de arilos posee 72 calorías, 16 gramos de carbohidratos y tres gramos de fibra. Las granadas también tienen mucho ácido fólico, potasio y vitamina K.
Originarias de Irán e India, estas «joyas del otoño», como les llaman allá a las granadas, en realidad son consideradas como bayas. Crecen principalmente en el Mediterráneo, Oriente Medio, el sur de Asia y partes de Arizona y California. Incluso hace mucho tiempo, las granadas estaban asociadas con la abundancia, la fertilidad y la suerte.
Se cree que las granadas mejoran la salud del corazón, aunque según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH), hasta ahora, la investigación sobre la granada está un poco limitada. Kris-Etherton señaló que el contenido de antioxidantes en las granadas podría ayudar a reducir la inflamación y, como resultado, promover la salud de las arterias. Sin embargo, se desconoce cómo afectan las granadas a las enfermedades cardíacas y se requieren más estudios.
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Una revisión de ocho ensayos clínicos publicada en 2071 en la revista Pharmacological Research mostró que el jugo de granada ayudaba a reducir la presión arterial sistólica y diastólica. El efecto se mantuvo incluso al consumir jugo de granada en diferentes cantidades. Los autores concluyeron que «puede ser prudente incluir este jugo de fruta en una dieta saludable para el corazón».
No obstante, los resultados son contradictorios respecto a si el jugo de granada ayuda a reducir el colesterol. En una revisión de 2019 publicada en la revista Complementary Therapies in Medicine, los investigadores examinaron 17 ensayos, pero no encontraron ningún efecto significativo sobre el colesterol. También dijeron que era difícil comparar los ensayos porque estaban diseñados de manera diferente y no usaban cantidades consistentes de granada.
Con base en la información anterior, toma las siguientes precauciones antes de consumir granadas:
- Debido a que puede reducir la presión arterial, Kris-Etherton advierte que primero consultes a tu médico si tomas medicamentos para controlar la presión, ya que ambas (la fruta y las medicinas) podrían reducir demasiado la presión arterial.
- Además, las granadas podrían reducir la velocidad a la que el hígado descompone algunos tipos de medicamentos. Esto incluye medicamentos para reducir el colesterol como las estatinas.
- Las granadas también pueden interactuar con el anticoagulante warfarina, disminuyendo el efecto anticoagulante y aumentando la posibilidad de coagulación. Para estar seguro(a), habla con un profesional de la salud antes de consumir granada o jugo de granada con regularidad.
- Un pequeño número de personas puede experimentar problemas digestivos, como diarrea, por comer granadas, indican los NIH.
- Aunque probablemente no comerás la raíz, el tallo y la cáscara, es posible que consumir demasiado de estas partes de la fruta no sea seguro.
RECUERDA: Para la mayoría de las personas, las granadas ofrecen otra opción más sabrosa para comer más fruta. En tu tienda o mercado, busca granadas que se sientan pesadas y tengan la piel firme. Disfruta de la fruta sola o agrégala a batidos, sopas y ensaladas.
Fuente: Health Day News