En ocasiones, la depresión en niños y adolescentes puede ser provocada por un conflicto dentro de la familia o resultar en un conflicto. Los conflictos familiares pueden desencadenar síntomas de depresión o empeorarlos. Y la terapia familiar destinada a corregir estos problemas puede mejorar el resultado, así lo indica Michigan Medicine, en Estados Unidos.
Sin embargo, este tipo de asesoramiento por sí solo no ha demostrado ser eficaz para tratar la depresión en niños y adolescentes. La terapia familiar puede ser útil cuando se añade a otros tipos de tratamiento (como la terapia cognitivo-conductual) y a un régimen de medicamentos (como los antidepresivos).
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Asimismo, la terapia familiar puede ser beneficiosa para mantener buenas relaciones dentro de la familia mientras se enfrenta a las presiones de la depresión. Toda la familia podrá expresar sus preocupaciones y temores sobre cómo la depresión está afectando tanto a su ser querido como a la dinámica familiar. Podrán obtener apoyo para sus propias frustraciones al tratar de ayudar a la persona a superar la depresión. Además, aprenderán nuevas formas de llevarse bien en familia.
La terapia familiar debe ser realizada por un terapeuta o consejero calificado que haya recibido capacitación específica en el tratamiento de familias. Los profesionales de la salud con formación en el tratamiento de familias incluyen:
- Psiquiatra de niños y adolescentes.
- Psicóloga infantil y adolescente.
- Terapeuta familiar.
- Trabajador(a) social.