Las personas con diabetes, tanto de tipo 1 como de tipo 2, sienten el calor más que las personas que no la tienen. Esto puede deberse a ciertas complicaciones de la diabetes, como el daño a los vasos sanguíneos y a los nervios; a la deshidratación, debido a que pierden agua más rápidamente, o como resultado de tomar algunos medicamentos.
Además, las temperaturas altas pueden cambiar la forma en que su cuerpo usa la insulina.
¿Cómo cuidarse?
- Bebe mucha agua, aunque no tengas sed.
- Evita el alcohol y las bebidas con cafeína, como el café y las bebidas energizantes o deportivas, que pueden causar pérdida de agua y elevar tus niveles de azúcar en la sangre.
- Revisa el azúcar en tu sangre antes, durante y después de realizar actividades.
- Usa ropa suelta, ligera y de color claro.
- Utiliza filtro solar y un sombrero cuando estés afuera.
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Toma en cuenta que, aunque no parezca que hace mucho calor afuera, la combinación de calor y humedad puede ser peligrosa. Si bien la actividad física es clave para manejar la diabetes, no se recomienda hacer actividades afuera durante la parte más calurosa del día o cuando el índice de calor sea alto.
Es importante que siempre lleves contigo tus medicamentos y suministros para la diabetes. Si tienes dudas sobre tu tratamiento, habla con tu médico de cabecera.
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades