No existe como tal una prueba que pueda diagnosticar el síndrome del intestino irritable (SII), un problema digestivo común. En su lugar, los expertos utilizan un conjunto de criterios que ayudan a los médicos a decidir si una persona padece SII. Es probable que su médico le haga muchas preguntas sobre sus síntomas para ver qué tan bien sus síntomas coinciden con estos criterios.
No obstante, si muestras los síntomas clásicos como diarrea, estreñimiento, hinchazón y dolor de estómago, es importante que te sometas a ciertas pruebas, a fin de descartar esta u otras afecciones. Tu médico decidirá cuáles debes realizarte basándose, en parte, en los síntomas que más te molestan.
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En tu primera visita, tu doctor puede recomendar algunas de estas pruebas:
- Historial médico y examen físico.
- Un análisis de sangre para la enfermedad celíaca. Muchos médicos realizan esta prueba porque los síntomas del SII y la enfermedad celíaca pueden ser los mismos.
- Pruebas de intolerancia a la lactosa. Hacer una prueba de aliento o probar una dieta sin lactosa puede mostrar que tienes problemas para digerir la lactosa.
- Análisis de sangre. Pueden mostrar una enfermedad o infección.
- Análisis de heces. Puede incluir análisis de sangre en las heces (análisis de sangre oculta en heces), infección (cultivo de heces) o parásitos (análisis de huevos y parásitos).
Tu médico también puede recomendar otras pruebas que no están en esta lista, como una sigmoidoscopia flexible o una colonoscopia. El hecho de que te hagan pruebas antes de probar el tratamiento en el hogar puede depender de tu edad e historial de salud y de las pruebas que tu médico usa con más frecuencia.
Si tienes un resultado anormal en la prueba, podría significar que tienes un problema distinto al SII. También puedes tener SII y otra afección al mismo tiempo.