El magnesio es un mineral que se encuentra en la superficie terrestre, el mar, las plantas, los animales y los seres humanos.
Aproximadamente, el 60% del magnesio en tu cuerpo se encuentra en los huesos, mientras que el resto se ubica en los músculos, los tejidos blandos y los líquidos, incluyendo la sangre. La mayor parte del magnesio en la dieta proviene de vegetales de hoja verde oscura, pero otras buenas fuentes de magnesio incluyen frutas (como plátanos y aguacates), nueces, chícharos, frijoles, productos de soya, granos enteros y leche.
De hecho, cada célula de tu cuerpo contiene este valioso nutriente y lo necesita para funcionar.
Una de las funciones principales del magnesio es actuar como cofactor o molécula auxiliar en las reacciones bioquímicas que realizan continuamente las enzimas.
De hecho, está involucrado en más de 600 reacciones en tu cuerpo, que incluyen las siguientes:
- Creación de energía: ayuda a convertir los alimentos en energía.
- Formación de proteínas: ayuda a crear nuevas proteínas a partir de aminoácidos.
- Mantenimiento de genes: ayuda a crear y reparar ADN y ARN.
- Movimientos musculares: forma parte de la contracción y relajación de los músculos.
- Regulación del sistema nervioso: ayuda a regular los neurotransmisores, que envían mensajes a todo el cerebro y el sistema nervioso.
Pese a ello, varios estudios sugieren que alrededor del 50% de las personas en Estados Unidos y Europa obtienen menos de la cantidad diaria recomendada de magnesio.
Si deseas saber más sobre el papel del magnesio en el cuerpo, las fuentes para obtenerlo y la cantidad que debes consumir al día, consulta a tu médico.
Fuente: Healthline / U.S. National Library of Medicine