De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la difteria es una infección bacteriana grave. Esta puede contagiarse a través de una persona que está infectada y tose o estornuda. También puedes infectarte al entrar en contacto con un objeto, como por ejemplo un juguete, que tenga las bacterias causantes de la afección (Corynebacterium diphtheriae).
La difteria generalmente afecta la nariz y la garganta. Sus síntomas principales incluyen los siguientes:
- Dolor de garganta
- Glándulas inflamadas en el cuello
- Fiebre
- Debilidad
Tu médico te diagnosticará según los signos y síntomas que muestres, y con base en los resultados de una prueba de laboratorio. Es importante recibir tratamiento para la difteria a la brevedad. Si tu médico sospecha que la tienes, comenzará el tratamiento antes de que regresen tus pruebas de laboratorio. El tratamiento consiste esencialmente de antibióticos.
La vacuna contra la difteria, la tos ferina y el tétanos puede prevenir la enfermedad, pero su protección no dura para siempre. Los niños requieren otra dosis, o refuerzo, alrededor de los 12 años. Posteriormente, en la edad adulta, deben recibir un refuerzo cada 10 años. Cabe destacar que la difteria es muy poco común en países desarrollados debido a la vacuna.