Las convulsiones relacionadas con la fiebre (convulsiones febriles) en los niños pequeños pueden ser alarmantes para los padres, pero por lo general no ponen en peligro la vida, así lo indica el doctor Kiarash Sadrieh, neurólogo pediátrico en el Hospital Infantil de Los Ángeles.
Durante una de las llamadas convulsiones febriles, un niño puede perder el conocimiento, experimentar rigidez corporal y tener temblores en todo el cuerpo. Las convulsiones, que generalmente duran uno o dos minutos pero pueden durar más, rara vez requieren de medicamentos y la mayoría no involucra hospitalización, señaló el médico.
Sadrieh enfatizó que con cualquier tipo de convulsión en un niño, los padres u otros cuidadores deben mantener la calma y hacer cuatro cosas:
- Colocar al niño de costado para evitar que se atragante. No es necesario sujetarlo ni intentar detener los temblores. La convulsión seguirá su curso por sí sola.
- Nunca poner nada en la boca del niño. Esto puede provocar dientes astillados, encías dañadas o incluso una vía respiratoria bloqueada.
- Medir el momento de la convulsión. Si dura más de cinco minutos, llama al 911. Es posible que se necesiten medicamentos para poner fin al ataque.
- Haz que evalúen a tu hijo el mismo día. Si bien las convulsiones breves no requieren servicios de emergencia, la evaluación es importante para verificar que causó la fiebre de tu hijo(a).
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Las convulsiones febriles son el tipo más común de convulsiones en la infancia y afectan a entre el 2% y el 5% de los niños. La mayoría ocurre entre los 12 y los 18 meses de edad. No está claro exactamente por qué la fiebre puede ocasionar una convulsión, pero Sadrieh comentó que la genética juega un papel.
El tratamiento generalmente implica el uso de medicamentos para bajar la fiebre como el paracetamol o el ibuprofeno, mencionó.
El riesgo general de recurrencia varía con la edad, y es de aproximadamente el 50% en niños menores de 1 año y de alrededor del 20% en niños mayores.
Existen dos tipos de convulsiones febriles: las convulsiones simples, que son más comunes, implican sacudidas de todo el cuerpo y duran menos de 15 minutos. No afectan el rendimiento escolar ni la inteligencia a futuro, explicó Sadrieh.
Las convulsiones complejas afectan solo una parte del cuerpo, duran más de 15 minutos o reaparecen dentro de las siguientes 24 horas. Asimismo, tienen una tasa ligeramente más alta de complicaciones futuras, añadió el especialista.
Fuente: Health Day News