Los médicos pueden tener dificultades para diagnosticar alguno de los tres tipos de convulsiones que se sabe que existen (de inicio focal, de inicio generalizado o de inicio desconocido). Tu médico puede recomendar pruebas específicas para diagnosticar con precisión una convulsión y ayudar a garantizar que los tratamientos que recomienda sean efectivos.
Asimismo, tu doctor considerará tu historial médico completo y los eventos que llevaron a la convulsión. Por ejemplo, la migraña, los dolores de cabeza, los trastornos del sueño y el estrés psicológico extremo pueden causar síntomas similares a los de las convulsiones.
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Las pruebas de laboratorio pueden ayudar a tu médico a descartar otras afecciones que pueden causar una actividad similar a una convulsión. Dichas pruebas pueden incluir:
- Análisis de sangre para comprobar si hay desequilibrios electrolíticos.
- Punción lumbar para descartar una infección.
- Examen de toxicología para detectar drogas, venenos o toxinas.
Un electroencefalograma (EEG) puede ayudar a un médico a diagnosticar una convulsión. Esta prueba mide tus ondas cerebrales. Observar dichas ondas durante una convulsión puede ayudar a tu proveedor de atención médica a diagnosticar el tipo de convulsión.
Las exploraciones por imágenes, como una tomografía computarizada o una resonancia magnética, también permiten obtener una imagen clara del cerebro. Tales exploraciones le permiten a tu médico detectar anomalías como un bloqueo en el flujo sanguíneo o un tumor.
Fuente: Healthline