Comer más calorías de las que quemas en la actividad diaria y el ejercicio, a largo plazo, puede conducir a la obesidad. Con el tiempo, estas calorías adicionales se suman y provocan un aumento de peso.

Pero no siempre se trata solo de las calorías que entran y salen, o de tener un estilo de vida sedentario. Si bien esas son de hecho causas de la obesidad, algunas causas no se pueden controlar.

Las causas específicas comunes de la obesidad incluyen:

  • Genética, que puede afectar la forma en que tu cuerpo procesa los alimentos en energía y cómo se almacena la grasa
  • Envejecimiento, lo que puede conducir a una menor masa muscular y una tasa metabólica más lenta, lo que facilita el aumento de peso
  • No dormir lo suficiente, lo que puede provocar cambios hormonales que te hagan sentir más hambre y anhelar ciertos alimentos ricos en calorías
  • Embarazo, ya que el peso ganado durante esta etapa puede ser difícil de perder y, eventualmente, conducir a la obesidad.

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Ciertas condiciones de salud también pueden propiciar un aumento de peso, lo que puede conducir a la obesidad. Estas incluyen:

  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP), una afección que provoca un desequilibrio de las hormonas reproductivas femeninas.
  • Síndrome de Prader-Willi, una condición rara presente al nacer que causa hambre excesiva.
  • Síndrome de Cushing, una condición causada por tener altos niveles de cortisol (la hormona del estrés) en el cuerpo.
  • Hipotiroidismo (tiroides poco activa), una afección en la que la glándula tiroides no produce suficientes hormonas importantes.
  • Osteoartritis y otras condiciones que causan dolor, que pueden limitar o reducir la actividad física.

 

Fuente: Healthline