Los médicos pueden usar una colonoscopia para diagnosticar colitis ulcerosa (CU) o determinar la gravedad de la afección.
Antes del procedimiento, es probable que un médico te pida que reduzcas los alimentos sólidos y cambies a una dieta de solo líquidos. Después ayunarás por un período de tiempo antes del procedimiento.
La preparación típica para la colonoscopia también implica tomar un laxante la noche anterior a la intervención. Esto ayuda a eliminar cualquier residuo que todavía se encuentre en el colon y el recto. Los médicos pueden examinar un colon limpio con mayor facilidad.
Durante el procedimiento, te acostarás de lado. Tu médico te dará un sedante para que puedas relajarte y no tengas molestias.
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Una vez que el medicamento haga efecto, el médico insertará un colonoscopio en tu ano. Este dispositivo es largo y flexible para que pueda moverse fácilmente a través de tu tracto gastrointestinal. El colonoscopio también tiene una cámara adjunta para que tu médico pueda observar el interior del colon.
Durante el examen, tu doctor buscará signos de inflamación y verificará si hay crecimientos precancerosos llamados pólipos. El médico también puede realizar una biopsia. El tejido se puede enviar a un laboratorio para un examen más detallado.
Si te han diagnosticado CU, tu médico puede realizar colonoscopias periódicas para monitorear la inflamación, el daño a tus intestinos y el progreso de la curación.
Una colonoscopia también es una herramienta importante para detectar el cáncer colorrectal, por lo que es muy importante para las personas que han sido diagnosticadas con CU.
Fuente: Healthline