Diversos estudios han encontrado un posible vínculo entre ciertos colorantes artificiales utilizados en los alimentos y problemas de hiperactividad en los niños.
Si tu hijo(a) es hiperactivo(a) y tiene dificultades para concentrarse, podría ser útil reducir estos colorantes en su dieta.
Según una investigación de la Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido, los 6 colorantes alimentarios más relacionados con la hiperactividad en los menores de edad son:
- E102 (tartrazina)
- E104 (amarillo de quinoleína)
- E110 (amarillo ocaso FCF)
- E122 (carmoisina)
- E124 (ponceau 4R)
- E129 (rojo allura)
Estos colorantes se utilizan en varios alimentos, incluidos refrescos, dulces, pasteles y helados.
Si tu hijo(a) es hiperactivo(a) o tiene un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), existe cierta evidencia que sugiere que evitar estos 6 colorantes alimentarios puede ayudar.
Sin embargo, es importante saber que:
- La hiperactividad puede tener muchas causas diferentes, incluida la genética, y los colorantes alimentarios probablemente sean solo una pequeña parte del problema.
- Eliminar los colorantes alimentarios de la dieta de tu hijo(a) no necesariamente conducirá a una mejora en su comportamiento.
- El vínculo entre los colorantes alimentarios y la hiperactividad no es del todo cierto; se necesita más investigación para confirmarlo.
- No necesitas evitar todos los colorantes artificiales; hay cientos de ellos y la mayoría no están relacionados con la hiperactividad.
Si crees que la dieta de tu hijo(a) puede estar afectando su comportamiento, podría ser útil llevar un diario de lo que come y cómo cambia su conducta, para que puedas detectar cualquier patrón.
Si notas un posible vínculo entre los colorantes de los alimentos y el comportamiento de tu niño(a), quizás desees ver si evitar estos colorantes puede ayudar. Pero no hagas cambios drásticos en la dieta de tu hijo(a) sin consultar primero a su médico de cabecera.
Fuente: National Health Service (NHS)